Pedro MATÍAS
OAXACA, (pagina3.mx).- Raúl Plascencia dejó una Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) totalmente desprestigiada y con gran alejamiento de las víctimas de la sociedad por encubrir una democracia simulada en un país casi convulsionado, afirmó la directora del Instituto Mexicano de Derechos y Democracia, Rocío Culebro.
Durante la presentación del libro Reforma Constitucional de Derechos Humanos ¿Aportes de las Comisiones Públicas?, resaltó que las víctimas no deber ser solamente número en los informes sino que se deben castigar a los responsables materiales e intelectuales porque lo que se exige es terminar con la impunidad.
Lamentablemente, reconoció que “el narcotráfico llegó hasta las más altas esferas del poder donde le abrieron la puerta, pasó por el lobby, se sentó en la sala y ahora está cocinando cómo fortalecer sus lazos entre sus grupos sin importarle la ciudadanía”.
Recordó que hace 20 años decían que México iba a estar como Colombia y hoy se tiene un esquema parecido porque esta cloaca política tiene relación con el narcotráfico, es decir que el narco no solo tiene el poder económico sino el político y eso es lo más grave.
Y es que ahí están infiltrados por el narcotráfico los Partidos Políticos, empresarios, ciudadanos y muchos sectores como los confirman los hechos en Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, Veracruz, Durango, Coahuila, Nuevo León, Sinaloa, Guanajuato, Morelos y casi todos los estados del país.
Sin embargo, ahora, con la llegada de Luis Raúl González Pérez como ombudsman de la CNDH “tenemos muchas expectativas” y de entrada tiene que revisar dos casos que casi tienen convulsionado al país y que “queremos que aparezcan los 43 estudiantes de Ayotzinapa y que se responsabilice por acción u omisión a las autoridades municipales, estatales y federales”.
Consideró que se debe hacer una revisión de todos los casos de desaparecidos no solo de Ayotzinapa sino de donde haya quejas, denuncias en pro víctima o ante ministerios públicos o los que se hayan quedado callados por miedo.
“Hay que exigir castigo a los responsables de la desaparición de los 43 estudiantes en Guerrero, pero tampoco hay que olvidarse de los casi 25 mil desapariciones en el país.
También, dijo, se tiene que analizar el caso de Tlatlaya, en el estado de México, donde se cometieron ejecuciones extrajudiciales a mano de los militares, situaciones que no vieron ni en las peores dictaduras”.
Y es que “a desgracia puede sembrar una semilla para poder hacer acciones conjuntas, no violentas. No nos llevaría a un buen camino, la violencia no puede hacer usos de la violencia para hacer justicia, pero si puede servir para terminar con esa democracia simulada, entonces, estamos en un momento crucial para repensar la democracia. Hay que destruir para construir una verdadera democracia”, finalizó.
