Everardo R. Bohórquez y Cuevas
OAXACA, (página3.mx).- Una de las regiones más urgidas de atención por parte de los gobiernos estatales y federales, la zona Trique o Triqui, debido al atraso de esa etnia comprendida dentro de la región Mixteca y cuyos principales problemas se centran en la miseria, el hambre, la incomunicación, la falta de trabajo y oportunidades, el caciquismo y la violencia principalmente, al tiempo que ha producido muertes violentas, pero que también es el asiento de un grupo de niños, niñas y jóvenes que han demostrado ser grandes deportistas: Los Campeones Descalzos de la Montaña.
Famosos en el mundo merced a los modernos sistemas mediáticos, este grupo de niños basquetbolistas, ya han paseado su fama por el planeta y han jugado descalzos, en las mejores duelas de basqutebol de varias naciones como Argentina, Estados Unidos y otros países que han admirado la destreza y la habilidad que ponen en el desarrollo de cada partido que han jugado.
El basquetbol es –o fue durante mucho tiempo antes del arribo de las señales televisivas—el principal deporte que se practica en la mayor parte del territorio oaxaqueño, debido a que los espacios planos en las zonas montañosas que ocupan un 70 por ciento del territorio oaxaqueño, porque como diría el celebre historiador viajero Azofrín, Oaxaca, visto desde el aíre, es como una hoja de papel arrugado.
Es así como en la Región Triqui, se desarrolla mayormente el basquet –así se le apocopa al llamado juego de la canasta o basquetboll, en el inglés original—al arribo a la zona de un maestro de enseñanza académica y de este juego, el profesor Sergio Ramírez Zúñiga, mejor conocido como El Profe, quien les anunció en 2010, que daría todo el impulso a este deporte, cosa que la mayoría no creyó, pero que ahora se ha convertido en una realidad.
Para impulsar el juego se creó la Academia de Basquetbol Indígena de México ABIM, a la que empezaron a concurrir los estudiantes de todas las edades de la zona, como es el caso de Mele, Melquiades Ramírez, quien jugará o estará ya jugando, nada más y nada menos que con la Selección Europea de Basquetbol Infantil.
Juego basquet desde los cuatro años, dice Mele nacido en 2006, cuando El Profe llegó a la región y ante sus promesa de enseñarnos a jugar, no le creímos, (pues) pensábamos que nos engañaría, pero ahí están los resultados.
Los integrantes del equipo en principio y lo mismo ahora que ya usan zapatos tenis de marca especializados, se sienten bien jugando descalzos, lo que causa admiración en los escenarios donde se presentan, sobre todo en países como los Estados Unidos y España, en Europa, donde no es común ver niños descalzos y mucho menos jugando así, aunque de esa manera “estos niños oaxaqueños juegan descalzos, pero han pisado el cielo y con ello, la gloria”, dice un comentarista.
Uno sus primeros encuentros deportivos fuera de la Zona Triqui, lo realizaron unos 50 niños que viajaron a Aguascalientes, al Torneo Yboa, lo que se considera un sueño porque del medio centenar de estos pequeños, diez de ellos llegaron a semifinales.
Pero el ejemplo a seguir se ha multiplicado porque ahora ya hay basquetbolistas infantes de las regiones de la Costa y de la Sierra Juárez. Por cierto, debido al amor que le tienen al terruño, quienes salen de sus comunidades natales para buscar trabajo y enviar dinero a sus familias, nunca se olvidan de su origen y no sólo regresan a su tierra, sino que en las fiestas patronales, en Semana Santa y Navidad y ahora en los periodos vacacionales, su contribución a sus comunidades de origen, hacen que las fiestas patrias y religiosas sean más grandes y lucidas.
Ah, pero a los niños que juegan basquet y que participan en torneos fuera de la zona triqui, que han ido a los estados y al extranjero, se les exige un promedio de calificaciones del mejor nivel, como es el caso del propio Mele, quien señala “tengo promedio de 8.9, el profe nos exige mínimo de 8.5 para poder ser parte de la selección que viaja; además cada dos semanas tenemos que leer un libro y hacer un resumen como parte del programa”.
Según nuestra visión ahí reside la diferencia con los jugadores de ese deporte tan extraño para nosotros como es el fútbol llamado americano, en donde las universidades y los colegios mantienen a individuos de aspecto gorilesco, casi analfabetas, pero que sepan jugar y anotar para que ganen sus equipos, lo que en realidad forma parte del “show bissnes”. En cambio a los niños basquetbolistas oaxaqueños, no sólo se les cultiva físicamente, sino principalmente el espíritu, lo que constituye una distinción ejemplar.
Hay ahora un albergue en El Tule para las niñas deportistas de esta rama y los padres señalan que ya ocupan ese albergue por la confianza que tienen en el proyecto y como dicen también los líderes, hoy tenemos a unas 50 niñas más trabajando en sus comunidades. “En la región se acostumbra vender a las mujeres, los padres reciben una dote por ellas, no aspiran a hacer grandes cosas, sólo a ser amas de casa”.
Para los niños de la zona su futuro estaba en emigrar al vecino país del norte, pero hoy algunos son entrenadores y quienes abandonaron la escuela están de regreso para terminar la secundaria, el bachillerato y la universidad. Pero lo mejor de todo es que el basquetbol ha producido, asimismo, es el culpable de que la violencia en la región triqui haya disminuido, que los padres piensen en sus hijos y busquen mejores oportunidades, sobre manera desde que llegó El Profe con sus expectativas deportivas y “eso es como un milagro”.
Además, los niños tienen un espíritu de cooperación inigualable, ya que lo que reciben de la gente en los lugares a donde van a jugar, como ropa, zapatos, juguetes, etc., como dicen los propios niños “nos quedamos con poco de eso, lo demás lo llevamos a la región porque ahí también hay necesidad.
¿Se necesitan más ejemplos para que Oaxaca Mejore?
Esta hazaña infantil y juvenil me recuerda a los deportistas oaxaqueños que han brillado con luz propia como en ciclismo, como el legendario “El Biche Serret”, quien lucía en todas las justas que se organizaban en el estado; en el beisbol se recuerda a Robles, el maestro zapatero que vivía por La Merced o los ya legendarios “Quitus” Iturribarría, Jorge Fernando y Antonio; a conjuntos de básquet como Los Volkas de la UABJO; entre cuyos integrantes estaban el Yope Vera, Adelfo Jarquín Magno, Manuel Ruíz Daza, Ildefonso Zorrilla, el Chivo Rendón.
También se jugaba fútbol, deporte que no lo era pero se fue popularizando con la televisión –quizá hasta el exceso- donde jugaban universitarios como El Tacache y Agustín Márquez Uribe, quien también es charro distinguido al igual que otrora fue el Tío Federico González, el doc Marrufo, entre otros varios. No debemos olvidar a los extraordinarios jugadores de Pelota Mixteca, cuyos nombres han caído en el olvido, pero que pasearon sus glorias en los Pasajuegos de El Baratillo o el que tenía el gran señor de la talabartería por el rumbo de La Merced, don Cipriano Cuevas.
Y han destacado nacional e internacionalmente beisbolistas como el Chito Ríos o el inigualable Vinicio El Vinny Castilla, cuyo padre es un gran beisbolista y fue su manager, el profesor Castilla, poblano de origen, pero cuyos alumnos oaxaqueños del Colegio Carlos Gracida, lo estiman mucho.
En fin, que ahora la juventud oaxaqueña en materia deportiva viene empujando en todos los torneos nacionales y conquistando lauros, tanto en los deportes tradicionales, como en los modernos, entre los que se incluye El Ajedrez. Y el ejemplo de superación lo están dado, sin duda alguna, los “Campeones descalzos de la Montaña”, quiénes sin zapatos han pisado el cielo y con ello, la gloria.
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