Arturo Rodríguez/Pedro MATÍAS
NOCHIXTLÁN, Oax., (#página3.mx).- “La Tierra del Sol” se eclipsó con la muerte y despertó la rebeldía de los pueblos indígenas.
Ráfagas de plomo surcaron el territorio mixteco en medio del espeso gas esparcido por las bombas lacrimógenas y de las columnas de humo negro que emanaban de vehículos incendiados. Era un escenario de guerra entre policías con armas de cargo y un pueblo atrincherado.
El parte de guerra de ese domingo 19 de junio es de ocho civiles muertos, 108 heridos, 27 detenidos, siete desaparecidos, 50 desplazados, 60 vehículos calcinados, el palacio municipal de Nochixtlán, un hotel, un rancho e instalaciones de la Policía Federal (PF) y de Caminos y Puentes Federales (Capufe) incendiados, y pérdidas por tres mil millones de pesos.
Aquí, de la encarnación del espanto se pasó a la rabia de los herederos de Ndzahuindanda (el guerrero mixteco flechador del Sol) para dar paso a una resistencia, casi heroica, que tienen contra la pared al presidente Enrique Peña Nieto y al gobernador Gabino Cué Monteagudo porque en su desalojo fallido enlutaron la Tierra del Sol y despertaron la ira de los pueblos originarios.
Lo inadmisible del “domingo negro” es que el gobernador Gabino Cué Monteagudo, quien se había ido de fiesta una noche antes y “no sabía del operativo” de desalojo en Nochixtlán.
Lo que es peor, Cué se enteró del desalojo fallido en el bloqueo que mantenían unas 150 personas que simpatizan con el movimiento magisterial en la carretera Oaxaca-México, a las 10:30 de la mañana; sin embargo, sesionó hasta las 12:30 horas cuando “el baño de sangre” había trascendido fronteras y la “masacre” circulaba en las redes sociales.
En una entrevista que concedió a Televisa y que le negó a Proceso, Gabino Cué se deslindó: “Yo no ordené (el desalojo). Soy hombre de Estado. Sé la diferencia de hacer lo que la ley me permite. Yo me siento lastimado, consternado y triste porque hay familias que lloran a sus muertos”.
Sin embargo, el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, se lavó las manos al afirmar que el gobierno de Peña Nieto acudió a petición del gobernador.
La realidad es que los asesinatos de:
- Anselmo Cruz Aquino (33 años)
- Jesús Cadena Sánchez Meza (19 años)
- Iyalid Jiménez Santiago (29 años)
- Óscar Nicolás Santiago (22 años)
- Omar González Santiago (22 años)
- Óscar Luna Aguilar o Andrés Aguilar Sanabria (23 años)
- Silvano Sosa Chávez (39 años)
- Azarel Galán Mendoza (18 años)
le aguaron la fiesta al gobernador que por supuesto estaba invitado a una tornaboda.
Y es que una noche antes del fatídico desalojo, el gobernador Gabino Cué Monteagudo se encontraba de fiesta, mientras que la Policía Federal y Estatal reprimía a maestros y padres de familia en Salina Cruz para liberar los accesos a la refinería “Antonio Dovalí Jaime.
En el templo de Santo Domingo se realizó la pomposa boda religiosa del político del PRI de Guerrero, Navarrete Quezada y de la oaxaqueña, Alicia Rueda y posteriormente el festejo se realizó en el Jardín Etnobotánico.
El olor que se respiraba ese sábado era de fiesta, de despilfarro, de júbilo, sin importarles, que a unos metros se encuentra el campamento del plantón de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE-CNTE), cuyos integrantes libraban otra batalla más contras las fuerzas públicas en el puerto de Salina Cruz.
Nada alteraba el festejo del secretario de Obra Pública del estado de Guerrero y ex delegado de la SCT en Oaxaca, Rafael Navarrete Quezada, acusado de presuntos actos de corrupción, al que fue invitado Cué Monteagudo como testigo y para ello lució un impecable traje azul oscuro, una camisa blanca y una corbata azul que le hacía juego.
Gabino Cué se divertía junto con su homólogo de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, sin importarle la problemática magisterial.
Cué reconoció que efectivamente estuvo en la fiesta hasta las 11:30 de la noche, “una hora prudente” porque “no habían ningún evento”, lo que evidencia que no supo o no le importó el desalojo en Salina Cruz.
Ocho sacerdotes de la Diócesis e Tehuantepec le aclararon la memoria: “el pasado viernes 17 y sábado 18 de junio, la policía llegó a golpear y con una avioneta lanzó gases lacrimógenos desde la medianoche, el ataque fue intensísimo contra los maestros de Salina Cruz y después con los de Tehuantepec, ya por la tarde habían atacado a los de Zanatepec”.
“A la vez se desarrollaba un extenso operativo de búsqueda de dirigentes políticos, sindicales, de organizaciones populares, para asesinarlos. Según el cálculo de la policía con eso se terminaría la subversión (sin contar) que la policía municipal aprovechó para saquear comercios”, puntualizaron.
El gobernador aliancista (PAN-PRD-PT-Convergencia) confesó que el domingo se fue a desayunar como cualquier persona y “me enteré a las 10-11 de la mañana que se realizó el operativo y las once y media convocó a una reunión y las 12:30 sesionamos”.
Según lo que le informaron, el operativo ordinario lo realizaron 880 policías -400 federales, 400 estatales y 80 ministeriales- alrededor de las 07:30 horas y se efectuó “en paz y calma”.
Eran dos grupos, uno como de 150 personas y otro de 100, que bloqueaban la carretera desde el pasado 13 de junio; sin embargo, se realiza el desalojo y “no sabemos en qué momento se convierten en mil 500 o dos mil personas, la población se suma, lanzan cohetones y hay detonaciones de arma de fuego”.
Justificó que “37 bloqueos carreteros, la presión social y el riesgo de una conflagración en la refinería nos llevó a hacer una acción ordinaria y se lograron liberar los accesos en el Istmo y para el domingo, los grupos operativos de seguridad tomaron la decisión del operativo con hechos muy lamentables.
Sin embargo, Cué niega que se haya tratado de una emboscada como lo declaró el comisionado Enrique Galindo, quien reconoció que tardaron 14 horas para llegar a la capital al encontrar resistencia en Huitzo, Hacienda Blanca y Trinidad de Viguera.
Fueron siete horas de choque en Nochixtlán. La señora Patricia Sánchez confiesa que los que emboscaron a la población fueron los policías y en el tiroteo mataron a su hijo Jesús Cadena Sánchez, de 19 años, quien acudió al lugar del desalojo para ayudar a los heridos.
Los ataques fueron tierra y aire. Dos helicópteros de ataque lanzaban gases desde las alturas y los uniformados realizaban descargas de sus fusiles automáticos.
La población se atrincheró y lanzaron piedras, cohetones y bombas molotov. Era un enfrentamiento desigual. A los disparos, los pobladores mixtecos respondieron con piedras y con insultos que flotaban en el aire contaminado de gases y humo negro que emanaban de las bombas lacrimógenas y los tráileres incendiados. “Ahí vienen los perros esos”, gritaban para alertar a los que resistían.
HISTORIA DE RESISTENCIA
Asunción Nochixtlán tiene su origen en los antiguos asentamientos de la cultura Mixteca y fue fundado por el guerrero Dzahuindanda aproximadamente en el año 909, como una guarnición militar y permaneció habitado hasta 1521 o 1522 cuando la población se mermó por las epidemias de cólera, peste, sarampión y viruela, traídas por los conquistadores.
Fue en 1527 cuando Francisco de Orozco y un grupo de 59 mixtecos refundaron nuevamente Nochixtlán, lugar donde tropas insurgentes de José María Morelos ocuparon en su camino hacia Oaxaca y en 1863, en las cercanías de la población, Porfirio Díaz y Félix Díaz derrotaron a una brigada de soldados belgas durante la Guerra de Intervención Francesa. Durante la Revolución Mexicana fue un centro de operaciones entre los ejércitos revolucionarios y los denominados «soberanistas» oaxaqueños.
Este 19 de junio, el pueblo de Nochixtlán escribió un capitulo más en su historia porque la batalla que libraron con el derramamiento de sangre de mixtecos, despertaron la ira y la rebeldía de los pueblos originarios de Oaxaca.
En un hecho inédito, los pueblos Mixes o Ayuuk, Zapotecos del Istmo, Sierra Juárez y Sierra Sur, los Mixtecos, los Tacuates y los Huaves o Ikoots, salieron a expresar su profunda indignación por el desprecio que nuestros gobernantes tienen por los derechos humanos, al mismo tiempo que denunciaron la flagrante violación al derecho a la vida de los paisanos mixtecos movilizados en apoyo al movimiento magisterial de la Sección 22, que con sus sangre derramada ha provocado la irritación de los pueblos de Oaxaca.
En la tierra de Benito Juárez, el presidente municipal Juan José García, y los habitantes de Teococuilco de Marcos Pérez, San Miguel Amatlán, Santa Ana Yaneri, San Miguel Aloapan, Jaltianguis y Capulalpan de Méndez, así como la Unión Liberal de Ayuntamientos, realizaron una marcha a Ixtlán.
De igual forma, en el sector Zoogocho, la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez y en los mixes en Tamazulapan del Espíritu Santo, exigieron el retiro de la policía federal y gendarmería, al tiempo que pidieron al pueblo de México a no tolerar la represión y la criminalización de la protesta social.
GABINO CUÉ, EN LA ORFANDAD POLÍTICA
A raíz de la represión, los secretarios de Asuntos Indígenas (SAI), Adelfo Regino Montes, y del Trabajo (PT), Daniel Gutiérrez Gutiérrez, renuncian al gabinete, mientras que las organizaciones aliadas y la cúpula estatal, diputados federales y locales del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que lo llevaron a la gubernatura no solo rompen su alianza con Gabino Cué, sino que adelantaron que le promoverán un juicio político.
El coordinador de los diputados federales, Francisco Martínez Neri; el vocero del Sol Azteca, Sergio López Sánchez; e integrantes de la dirigencia, responsabilizaron al gobierno federal y estatal de la violencia generada en el Estado.
“Nos deslindamos del gobernador Gabino Cué Monteagudo, como instituto político, y reprobamos su conducta de represión y lo señalamos de lo que hoy vive Oaxaca”, denuncio el ex secretario de Cultura en la presente administración.
El exrector de la UABJO manifestó que Cué Monteagudo no fue electo para reprimir al pueblo de Oaxaca, sino gobernar para todos.
A menos de 24 horas de los enfrentamientos entre integrantes del magisterio y organizaciones sociales, Adelfo Regino Montes presentó su renuncia con carácter de irrevocable al cargo de Secretario de Asuntos Indígenas, cargo en el que duró casi cinco años a invitación del gobernador, Gabino Cué Monteagudo.
Regino Montes fue más directo al afirmar que “lo que hizo Ulises (Ruiz Ortiz), este amigo (Gabino Cué) lo completó (con la agresión) y ahora la rebelión se fue a los pueblos”.
Considera que la renuncia era lo mínimo que podía hacer ante la agresión en Nochixtlán que fue muy fuerte y ahora “los pueblos se van a levantar” porque Gabino Cué desde julio de 2015 “entregó la plaza al PRI y todo”.
Especializado en asuntos indígenas confiesa que en la Mixteca, en los Mixes y en la Sierra Juárez, en la Sierra Sur, las comunidades sostienen asambleas y están muy encabronados y van a reforzar a los maestros: “La rebelión se fue a los pueblos, entonces, el asunto está delicadísimo”.
Los pueblos mixtecos decidieron reforzar la barricada en Nochixtlán y “no hay policía ni ejército que puedan quitarlos y el miércoles bajan los pueblos mixes y esto no lo hizo ni Ulises Ruiz –ex gobernador priista que generó el conflicto sociopolítico de 2006- y este amigo completó este triste episodio”.
Resalta que pensó que Cué “sensatamente le pasaría la factura al priista Alejandro Murat (quien ganó la gubernatura el pasado 5 de junio), es sentido común.
Debió decir: ya no tengo capacidad (de solucionar el conflicto magisterial) y dedicarse mejor a la entrega recepción”.
En el supuesto caso de que desde la Presidencia los amenazaran o lo hubieran obligado, lo que procede es una convocatoria a la población y negarse a reprimir adelantando que la policía estatal se opone a ese tipo de violencias y responsabilizar a Enrique Peña Nieto y a Miguel Ángel Osorio Chong de estar violando la soberanía estatal y así poder salvar su pellejo.
“Se hubiera echado tres mezcales (para tomar valor) porque con un mezcal se nos prende un sentido común, pero ahora la factura viene cabrona. No midieron la violencia. Veo delicado el panorama y quizás mas muertos (porque) no les interesa la sangre de los indios, nos ven casi como animales. Hay un desprecio y hay racismo”.
Un día después, Daniel Gutiérrez Gutiérrez presentó su renuncia con carácter de irrevocable como secretario del Trabajo del Gobierno Estatal, en protesta por las acciones autoritarias que reprimen y asesinan a oaxaqueños que defienden sus derechos, a pesar de la cerrazón del gobierno federal a toda posibilidad de diálogo.
Pero eso parece no importarle a Gabino Cué quien afirmó que ya logró su máxima aspiración que es la gubernatura y no aspira a ser candidato a la Presidencia de la República, ya que se retirará de la política, tal vez se dedique a la academia o en un despacho.
Finalmente, dice que ahora que termine la gubernatura se va a ir a radicar a la capital del país porque “Oaxaca es un estado muy pequeño”, mientras que a su sucesor el priista Alejandro Murat le deseo suerte, al tiempo que dijo que “sin duda será un buen gobernante”.
Al otrora “demócrata” y “humanista” termina siendo repudiado por sus propios aliados que le gritan: ¡Asesino! ¡asesino! ¡asesino!
