Pedro MATÍAS / Fotografías de Jalil Olmedo/Muro del CFMAB
OAXACA, Oax. (#página3.mx).- Antes de decidirse por la pintura, Francisco Toledo quiso ser fotógrafo. Y todo porque quedó deslumbrado por el catálogo de una exposición de Manuel Álvarez Bravo que tuvo en sus manos.
El artista zapoteco remueve sus recuerdos:
“Ese catálogo me hizo ver que la fotografía era un arte, que no solamente eran recuerdos de familia, o recuerdos de lugares donde uno estuvo, sino que había toda una creatividad atrás.
“Entonces le pedí a mi familia que me compraran una cámara y empecé a fotografiar a mis amigos, paisajes, azoteas, encueradas en las azoteas. Desgraciadamente no guardé este material”, se lamenta el artista plástico oriundo de Juchitán de Zaragoza.
Su pasión por la fotografía, pero sobre todo, su espíritu altruista, le llevaron a darle forma a una ocurrencia, a un flashazo mental. Y junto con el colectivo de fotógrafos Luz 96 decidió crear el Centro Fotográfico “Manuel Álvarez Bravo”.
Esa ocurrencia acaba de cumplir 20 años y el festejo inició con la inauguración de la exposición “El Universo en el Sur”, una curaduría que coordina Alejandro Castellanos con un grupo de estudiantes del taller “Aprendiendo con la imagen”, cuya temática se basa en el arte, la etnografía, el género, el paisaje y los movimientos sociales de Oaxaca.
El Centro Fotográfico se fundó el 17 septiembre de 1996 a iniciativa de Francisco Toledo y el colectivo de fotógrafos Luz 96 integrado por Cecilia Salcedo, Jorge Acevedo, Vittorio D´nofri, Juan Carlos Reyes y Domingo Valdivieso.
Decide ponerle el nombre de Manuel Álvarez Bravo porque admiraba su obra. Lo conoció en una exposición donde el fotógrafo le quiso comprar una obra.
Sin embargo, le planteó hacer un trueque: “Le propuse un intercambio. La colección que se tiene en el Acervo José F. Gómez -de fotografías de don Manuel-, en parte son resultado de ese intercambio que hicimos”.
A 20 años, el Centro Fotográfico ha realizado 243 exposiciones donde han pasado leyendas de la fotografía como Joan Fontcuberta, Allan Frame, Mary Ellen Mark, Alberto García- Alix, Dona Ferrato, Charles Harbutt y Joan Liftin, Graciela Iturbide, Walter Reuter, entre otros.
Todavía recuerda aquel 17 de septiembre de 1996 cuando se inauguró el Centro Fotográfico en su primera sede, ubicada en la calle de Murguía.
Fue una gran fiesta, todos estaban muy contentos. Don Manuel estuvo tomando fotos. Oaxaca en esa época no era lo que es hoy, una ciudad con proyectos destructivos.
El Álvarez Bravo, espacio cultural que desde el 2005 se encuentra ubicado en la esquina que forman las calles de M. Bravo y García Vigil, cuenta con cerca de cinco mil libros especializados en fotografía y pueden ser consultados en la biblioteca del IAGO. Así como un acervo de más de noventa mil documentos fotográficos que pueden ser analizados por investigadores.
Este museo es el único que el artista conserva, ya que no lo entregó a la federación en enero pasado cuando donó por un peso las dos sedes del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
La directora del Centro Fotográfico, Adriana Chávez Aragón, recuerda que la colección de Toledo inicia en los años 70 cuando se crea la Casa de la Cultura de Juchitán y el artista consideró que era necesario que contara con un acervo y es ahí cuando empieza a comprar e intercambiar obra.
El primer intercambio fue con el propio Álvarez Bravo. Fueron piezas de Toledo por fotografías de Manuel y Lola Álvarez Bravo.
También donaron fotografías Graciela, Héctor García, Henri Cartier-Bresson y Roberto Doniz.
Son cerca de 90 mil imágenes y están dividas en tres fondos, uno que comprende obras de unos 200 autores de los más conocidos.
Otro de Roberto Doniz, quien al morir donó su colección a su amigo Toledo -son cerca de 70 mil y están catalogadas en carpetas de Paisajes, Mujeres solas, Niños muertos-, y el último fondo es de Ignacio Sanabria, de Nochixtlán, cuya obra no ha sido muy estudiada solo se ha estabilizado.
Recordando una vieja pasión
Son las 11: 26 horas del viernes 2 de septiembre de 2016. El día es soleado y a Francisco Toledo se le nota feliz. No quiere dar entrevista pero accede a tomarse fotos en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo ubicado de calle de Murguía donde se realiza una conferencia para dar a conocer los festejos.
Es una casa colonial donde alguna vez residió Francisco Toledo y su familia, hasta el 2005, y donde también habitó el general Mariano Jiménez Figueroa (1829- 1892), quien se estableció en este recinto durante su gestión como gobernador de Oaxaca.
Aunque no quiere llamar la atención. Su sola presencia atrae la atención de fotógrafos, camarógrafos y periodistas.
Antes de emprender la huida accede a posar en el patio del Centro Fotográfico con sus espejos de agua. Luego, a la entrada del espacio cultural, como un chiquillo se sube a un barandal de hierro forjado y posa junto a una fotografía promocional del aniversario del Centro. Su pose es semejante a la de la joven de la foto: pensativa. ¿Será por el Informe de Enrique Peña Nieto? Se le pregunta.
– Esa pregunta ni se hace, si ya sabemos cómo está el país. Está mal, mal, mal.
Con su clásico pelo entrecano desaliñado y su desatendida barba y bigote esboza ligeras sonrisas cuando le piden tomarse una fotografía con la directora de ese espacio cultural.
Y arranca risas y flashazos cuando en instantes deja a un lado sus pinceles, sus lienzos de tela y sus trazos para asumirse como fotógrafo. Al tener en sus manos una cámara, su primer impulso es colocársela en el hombro derecho. Luego prepara la lente y toma la foto a la directora del Centro Fotográfico.
Casi a tirabuzón se le arrancaron algunas opiniones sobre el IV informe presidencial, de la visita del candidato presidencial de Estados Unidos, Donald Trump, del conflicto magisterial y de la campaña en contra del maíz transgénico, de la que por cierto nunca respondió el Presidente Peña Nieto, situación que lo puso algo nervioso.
Respira y sonríe con alivio cuando se le pregunta de los 20 años del centro fotográfico:
-No pues se hizo como algo que creíamos que era en su momento. A lo mejor ya es hora de cerrar, ironiza.
Para fotógrafos y artistas, ha ayudado la biblioteca, la presencia de talleres, pues ha tenido actividad movida. Es una de las instituciones en toda la República que todavía tiene energías para hacer propuestas nuevas y seguir en el camino.
- -¿Va haber otros hijos de Toledo?
- – No. Ya no, ya no hay fuerzas para hacer más hijos, bromea el artista que el 17 de julio pasado cumplió 76 años.
- -¿Qué satisfacción le deja este espacio a 20 años de su creación?
- – No sé qué contestar. Me da gusto saber que sirve, que hay un espacio de encuentros de estudios, pero hasta ahí, no me puedo pavonear por la calle y decir yo hice el centro fotográfico.
- – Es lo que toda gente que tiene medios debería hacer, ayudar a que la sociedad tenga centros donde la gente joven aprenda y tenga un lugar dónde crear, en lugar de andar de maloras.
- Y aseguró que mientras esté vivo, éste espacio que ha recibido a grandes personalidades de la fotografía y ha formado a varias generaciones, seguirá abierto.
El fundador dice que inicialmente fue una ocurrencia, no se puso a analizar si había público o no, “teníamos la biblioteca de fotografía, pero no recuerdo haberme dicho aquí hace falta un centro fotográfico, fue una cosa muy espontánea”.
Pero para el artista plástico la fotógrafa más importante que colaboró en el CFMAB fue Mary Ellen Mark, ya que “con ella empezó una época de talleres que se prolongó por 18 años, traía a sus alumnos dos veces al año, regalaba libros al acervo e intercambiaba sus fotos por mis grabados, creo que de las personalidades que han venido es la que más contó en nuestra vida, quería mucho a mis hijos y a mi esposa”.
El artista plástico también ha sido editor de libros, y a pesar de que su primer intento de hacer uno sobre Manuel Álvarez Bravo no se logró, sí hay varios títulos que Toledo ha editado como: “Juchitán de las mujeres” de Graciela Iturbide, el de “Foto Estudio Jiménez”, y XV años del Taller de Mary Ellen Mark en Oaxaca, entre otros.
“A Don Manuel le propuse hacer un libro, porque había vendido todo lo de mi exposición, así que tenía dinero. En ese momento él no tenía un libro importante, fuimos a Nacional Financiera a depositar el dinero para que no me lo fuera a gastar, y él empezó a trabajar, pero se nos atravesó una editorial que le ofreció hacerle un libro y por supuesto que me abandonó, yo recogí mi dinero, muy contento también”, contó el grabador entre risas.
Sobre el Centro Fotográfico
El CFMAB es un espacio que promueve actividades alrededor de la imagen, a través de exposiciones, talleres, conferencias. Está dedicado a uno de los más grandes exponentes de la fotografía mexicana del siglo XX, Manuel Álvarez Bravo. Cuenta con un acervo con más de noventa mil documentos fotográficos que puede ser consultado por investigadores.
Y ofrece alrededor de dos talleres al mes, abarcando desde técnica fotográfica básica, hasta talleres especializados. Dentro de los fotógrafos que han encabezado estas actividades destacan: Joan Fontcuberta, Allan Frame, Mary Ellen Mark, Alberto García- Alix, Dona Ferrato, Charles Harbutt y Joan Liftin, así como los fotógrafos de Proceso Germán Canseco y Eduardo Miranda, entre otros.
La colección José F. Gómez, del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, fue iniciada con las adquisiciones de Francisco Toledo y ampliada por medio de donaciones. Algunos de los fotógrafos destacados incluyen: Abbas Kiarostami, Flor Garduño, Graciela Iturbide, Francisco Toledo, Hector García, Henri Cartier-Bresson, Hugo Brehme, Josef Koudelka, Lee Friedlander, Lola Álvarez Bravo, Manuel Álvarez Bravo, Man Ray, Mary Ellen Mark, Nacho López, Pablo Ortiz Monasterios, Rafael Doniz, Sebastiao Salgado.
Cuenta con siete salas de exposición que desde su inauguración ha albergado alrededor de 243 muestras individuales y colectivas de fotógrafos tales como: Manuel Álvarez Bravo, Henri Cartier-Bresson, Nacho López, Walter Reuter, Lola Álvarez Bravo, Donald Codry, Sebastiao Salgado, Josef Koudelka, Mary Ellen Mark, Francis Giacobetti, Kart Blossfeldt, Gabriel Orozco, Juan Rulfo, Graciela Iturbide, William Eggleston, Wim Wenders, Mariana Yampolsky, Flor Garduño, Edward Weston, entre otros.
Los festejos incluyen la exposición “Universo en el Sur” que se inauguró el sábado 17 de septiembre a las 19:00 horas donde se presenta un mosaico de la vida en Oaxaca y su relación con el mundo desde cinco perspectivas: el arte, la etnografía, el género, el paisaje y los movimientos sociales.
Entre los artistas de esta muestra se encuentran Jorge Acevedo, Manuel y Lola Álvarez Bravo, Lee Friedlander, Romualdo García, Tony Gleaton, Graciela Iturbide, Josef Koudelka, Mary Ellen Mark, Eniac Martínez, Man Ray, Sebastiao Salgado, Frederick Starr, Vida Yovanovich y Edward Weston.
Durante la inauguración se contó con la participación de la Bytband (Banda Blandas y Tlayudas), la cual ha participado en la campaña que encabeza Francisco Toledo contra transgénicos.
Antes, el 15 de septiembre, Joan Liftin presentó el libro inédito “Desnugramas”, de su esposo Charles Harbutt y el 16 de septiembre, el colectivo Luz 96 ofreció una charla.
Por un tiempo, Toledo abandonó la fotografía, pero años más tarde, cuando vivía en París, retomó este arte y también cuando vivió con la mamá de sus hijos: Dr. Lakra (Jerónimo) y Laureana.
“Existe una serie de fotografías familiares, del lugar en Juchitán donde vivimos, hay fotos de las tías, ese fue otro periodo de tomar fotos, y cuando tuve la casa de Murguía, más un poco de dinero, se me ocurrió hacer un centro fotográfico”.
El reconocido arista convertido también en gestor cultural confió que actualmente ya no tiene una cámara fotográfica para tomar fotos, como tampoco paciencia de enfocar.
“Cuando tomo una imagen siempre lo hago con la cámara en automático y salen fotos automáticas, no muy buenas, a veces son un poco para documentar algo, (pero) he dejado la fotografía porque ya no veo bien, ni de cerca ni de lejos”.
