Eduardo CONTRERAS/ Corresponsal
TUXTEPEC, Oax., (#página3.mx).- Artesanas y artesanos de textiles en la región de la Cuenca del Papaloapan, son la prueba fiel de la ausencia de políticas públicas para impulsar la economía familiar, a través de la venta y comercialización de artesanías, motivo por el que han emprendido sus propias estrategias a través de la ayuda mutua.
Rutilio Lorenzo García de 46 años de edad, indígena originario del municipio de San Felipe Usila, pueblo enclavado el corazón de la selva chinanteca en la región de la Cuenca del Papaloapan, también es artesano y ha buscado mejorar sus condiciones junto a la de otras artesanas que no tienen manera de comercializar lo que producen.
Desde los 15 años de edad comenzó a realizar labores de sastrería, trabajo con el que sus padres sacaron adelante a la familia, ahora él tiene más de 30 años en este oficio y ha ingeniado algunas estrategias para reforzar la economía de su localidad y también la preservación de la milenaria iconografía indígena del lugar.
“Hay artesanas que no tienen donde vender sus huipiles, además las mujeres jóvenes de hoy ya no quieren utilizar los vestidos enteros, como antes se usaban, ahora las jovencitas quieren ponerse sus vestidos entallados”, comentó.
Entonces Rutilió pensó en combinar la ropa moderna con el telar de cintura, recortar los huipiles y combinarlos con las telas, para formar vestidos con diseños completamente nuevos.
Y así, para no perder la tradición de los huipiles y el uso de sus bordados e iconografías ancestrales de Usila, el sastre comenzó a elaborar ropa estilizada, “así a las jóvenes les gusta, usan los vestidos y blusas de diversos diseños sin perder la tradición del telar de cintura”.
Pero también es una forma de apoyar a las artesanas indígenas de Usila, “yo no hago negocio para tener tantas ganancias, sólo cobro la tela que utilizo y la mano de obra, lo que quiero es que las artesanas de usilla tengan trabajo, así yo les compro a algunas los huipiles que realizan, y ellas tengan un poco de dinero”, comentó.
Sus hijas hoy son herederas del conocimiento y la destreza para la creación de huipiles a través del telar de cintura, una actividad ancestral, quienes ahora elaboran algunos huipiles que se utilizan para la manufactura de las prendas estilizadas.
Sin embargo, la falta de estrategias de venta y distribución, ha hecho que extranjeros se lleven lo hecho por manos indígenas oaxaqueñas, consiguiéndolo a precios bajos para comercializarlos con precios exorbitantes en otras partes del mundo.
Rutilio explicó que, la mano de obra por estilizar un huipil es de 200 pesos, entonces si consigue con las artesanas un huipil de gala con un valor de cinco mil pesos, el precio de la prenda ya entallada sería de cinco mil 200 pesos, los cinco mil de la artesana y los 200 por la mano de obra.
Además, cuando personas llegan a comprar un número considerables de prendas, los artesanos acceden a cobrar los trabajos a precios por debajo del costo unitario.
Es aquí donde se aprovechan para lucrar con el trabajo de los artesanos mexicanos, por ejemplo, a través de su página de internet, la tienda de ropa Santa Margarite en los Estados Unidos, vende blusas e indumentarias con bordados indígenas chinantecos y mazatecos estilizados hasta en 900 dólares, es decir, casi 18 mil pesos.
La tienda en línea con dirección santamarguerite.com, vende además accesorios como bolsas en 395 y blusas en 250 dólares.
El artesano Rutilio Lorenzo, reconoció que encontrar clientes lo hace a través de la búsqueda de contactos, la visita de personas a quienes deja su teléfono, un trabajo que hace por sí solo.
“Eh oído que el gobierno ayuda a los artesanos, tal vez no he buscado ni he salido, pero si se necesita tener un mercado en donde distribuir las prendas, un mercado para poder fortalecer la economía de la zona”, comentó.
Como Rutilio, también hay personas que realizan distintas actividades productivas en todo el extenso territorio oaxaqueño, y que carecen de un sustento, capacitación y apoyo necesario para convertir esas actividades en un pilar para el mantenimiento y desarrollo de sus familias.
