Jaime GUERRERO
OAXACA, (página3.mx).- Edgardo Romero Álvarez prendió fuego a su esposa Jenifer Antonio Carrillo la madrugada del lunes 27 de febrero, se dedica a la venta clandestina de gasolina que es robada en la zona de Matías Romero.
Con ese combustible que vendía ilegalmente, literalmente incendió a su pareja, al estar bajo los efectos del alcohol.
Eloisa, abuela de la joven quien se encuentra grave en un hospital de Veracruz, señaló que el agresor pertenece a una banda dedicada a la venta de gasolina robada en Matías Romero.
Y es que una vez cometido el crimen, Edgardo Romero amenazó con hacer lo mismo con su hijo de tres años de edad quien presenció la agresión contra su madre, una joven de 19 años de edad.
«El marido dijo que se había incendiado la estufa pero yo percibí un olor a gasolina. Yo anteriormente ya les había llamado la atención porque me habían dicho que él andaba en malos pasos porque vende gasolina clandestina. Yo recibí a mi nieta en silla de ruedas. Él mismo la fue a dejar. Iba con olor a gasolina y el cuerpo quemado. El bebé iba en la camioneta», relató.
La mujer presentaba quemaduras en vías aéreas; sin embargo, pudo señalar que había sido amenazada por su pareja.
Debido a que el procedimiento legal en casos como éste es la notificación al Ministerio Público, procedieron a dar parte sin embargo este no se presentó.
El personal del hospital dio parte al MP a las 05:00 horas. Debido a las amenazas en contra del hijo, la familia dio parte a la Policía Federal de Caminos y al Ejército. Pero fue hasta las 10:00 horas cuando el MP se puso en contacto con la familia.
La Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno del Estado reportó que la madrugada del lunes, en estado de ebriedad y después de una discusión, Edgardo, de 20 años, le roció gasolina a Jenifer, de 18, y luego le prendió fuego.
Las primeras versiones eran que había huido con su hijo de tres años de edad, pero fue él mismo quien la trasladó al hospital del Seguro Social de Matías Romero. La dejó con su abuela que labora como enfermera de esa nosocomio, como Jefa de Servicios de Urgencias del IMSS los domingos por la noche.
Eloísa la recibió alrededor de las 05:00 horas, venía en una silla de ruedas quemada en un 70 por ciento de su cuerpo.
“Yo los recibí alrededor de las cinco de la madrugada. Él me dijo que ella se prendió fuego. Olía a gasolina. Yo ya les había llamado la atención porque el señor anda en malos pasos con esa gasolina que venden clandestino. Yo le dije: pasó lo que ya me temía. La verdad lo corrí, él mismo la fue a dejar en silla de ruedas”, narró la anciana vía telefónica mientras acompañaba a su nieta al Hospital Valentín Gómez Farías de Coatzacoalcos, Veracruz.
Eloísa refiere que Edgardo traía a su nieto en la cabina de una camioneta blanca y el niño pidió que la abuela curara a su madre.
“Mi pedacito de carne, que va cumplir apenas tres años, me dijo: abuelita cura a mi mamá, le duele mucho“; después, el joven desapareció con el niño con dirección a Xochilapa, Veracruz, donde lo entregó a familiares”.
La abuela también relata que su nieta le reclamó haber dejado escapar a su esposo. “Ella traía la garganta y la nariz quemada, apenas y pudo hablar y me dijo: abuela para qué lo dejaste ir“, pero Eloísa sólo estaba preocupada por salvar a su nieta.
Jenifer fue atendida en un primer momento en el IMSS de Matías Romero donde permaneció hasta las 21:40 horas del pasado lunes, pero debido a que presentaba quemaduras de segundo grado y de que no existen las condiciones en ningún hospital de la región para atender este tipo de lesiones, fue trasladada al hospital de Coatzacoalcos por la intervención de la Fundación Te Queremos Ayudar AC y del Patronato de Bomberos de Matías Romero. Su estado de salud se reporta como reservado.
Por lo pronto, familiares de la joven exigieron protección para la familia y la aplicación de la justicia, pues dijeron sentir desconfianza de la actuación de las instancias oficiales por la colusión que existe de ministerios públicos así como las corporaciones policiales con grupos de la delincuencia organizada.
