Pedro Matías
OAXACA, Oax. (pagina3.mx).- A propuesta del gobernador Alejandro Murat Hinojosa y con 39 votos a favor, el pleno de la LXIII Legislatura del Estado eligió a Rubén Vasconcelos Méndez como nuevo Fiscal General de Justicia del estado de Oaxaca en sustitución de Héctor Joaquín Carrillo Ruiz, quien renunció al ser relegado de sus funciones por ser colaborador de Gabino Cué Monteagudo.
Después de 19 días, el congreso local nombró al nuevo fiscal, quien a decir de Miguel Ángel Vásquez de la Rosa, de la Sociedad Civil, enfrentará 10 desafíos, entre ellos, investigar los crímenes de trascendencia social del pasado reciente 2006-2007 que se cometieron en el gobierno del priista Ulises Ruiz Ortiz.
Además, tiene que enfrentar la ola de feminicidios (mil 336 desde el gobierno de José Murat, pasando con Ulises Ruiz Ortiz, continuando con Gabino Cué Monteagudo y ahora con Alejandro Murat Hinojosa) y la violencia contra las mujeres.
También debe retomar las indagatorias de crímenes contra dirigentes sociales y coadyuvar en el caso Nochixtlán que fue atraído por la PGR, caso que dejó ocho muertos y mas de 100 heridos.
De igual forma, tiene en su manos combatir la corrupción y la impunidad al interior de la propia Fiscalía; Diseñar estrategias de seguridad sobre todo en las regiones más inseguras y violentas de Oaxaca, así como atender casos de agresiones a periodistas y personas defensoras de derechos humanos.
Esto sin contar en impulsar la armonización de protocolos y marcos jurídicos para la atención a víctimas; sanear los grupos especiales que atienden casos de robo de vehículos, homicidios, secuestros y finalmente fomentar la cultura de la denuncia para que “que la gente sepa qué chingaos va a pasar si presenta una denuncia”, puntualizó Vásquez de la Rosa
Cabe resaltar que Rubén Vasconcelos Méndez es un abogado oaxaqueño egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y cuenta con un doctorado en derecho por la Universidad Complutense de Madrid.
De acuerdo con su curriculum ha ocupado cargos como director general de la Asesoría Jurídica Federal de Atención a Víctimas; coordinador General de Asesores de la Secretaría General de Gobierno, además de laborar en instancias de procuración de Justicia, entre ellos la Procuraduría General de la República (PGR).
Y ha fungido también como presidente del Consejo de Tutela para Menores Infractores del Estado de Oaxaca de 2001 a 2006; subprocurador de Asuntos Internos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Oaxaca del 15 de febrero de 2007 al 17 de septiembre de 2009, además de director General de la Asesoría Jurídica Federal de Atención a Víctimas de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del 01 de junio de 2014 a la fecha, entre otros.
En respuesta, el coordinador de la Fracción Parlamentaria del Partido Acción Nacional (PAN) en el Congreso del Estado, Juan Mendoza Reyes, afirmó que el recién nombrado fiscal general del estado, Rubén Vasconcelos Méndez, tiene un reto mayúsculo frente a la impunidad que persiste en la entidad.
Al fijar el posicionamiento de la Fracción, apuntó que Oaxaca requiere que el abogado del estado actúe con independencia.
“La presencia de ejecuciones, feminicidios, asaltos, secuestros, son una constante y han creado un clima de intranquilidad en todas las regiones de la entidad”, señaló el legislador albiazul.
Y lamentó que pese a la inseguridad que enfrenta la sociedad oaxaqueña, poco se haya hecho para hacer frente a las demandas de la ciudadanía. “Las tareas de prevención brillan por su ausencia y las autoridades encargadas de la investigación delictiva no han logrado ofrecer resultados positivos a la ciudadanía”, afirmó.
“El fiscal general debe adquirir el compromiso de hacer valer el Estado de Derecho y mostrarse sensible ante la situación que viven los habitantes de todas las regiones”, consideró.
Confió en que el nuevo titular de la Fiscalía realizará “de inmediato” los cambios que requiere la institución.
En tanto que la Fracción Parlamentaria del PRD pidió al servidor público una procuración de justicia efectiva, pero sobre todo que tenga autonomía real para que ni el gobierno estatal, ni la clase política, ni los grupos de presión, ni los poderes fácticos, lo puedan presionar.
