TUXTEPEC.- El pasado 11 de octubre del 2016, a Wendy Aniceto casi le arrebatan la vida, su “culpa”, fue vivir en un Tuxtepec inseguro; un lugar en el que el crimen actúa a plena luz del día y las autoridades se ven rebasadas, donde la ciudadanía tiene que esquivar en su andar diario baches, ambulantes y a veces, hasta balas.
Hoy, a más de un año de la tragedia, con 15 años de vida, Wendy ya es toda una señorita, que venció el miedo y la grave complicación médica provocada por una “bala perdida” que se le incrustó a la altura de la cadera, mientras viajaba junto a su familia en una unidad del servicio de transporte público, cuando un grupo delictivo y elementos policiales sostenían un enfrentamiento.
Con mucho esfuerzo y valor, Wendy quiso visitar y agradecer en algunas instituciones educativas de la ciudad, por el apoyo recibido en su momento, recursos con los que logró comprar medicamentos y llevar el tratamientos necesario poder salir adelante.
Recorrió diversas instituciones; secundarias, preparatorias y universidades, tanto públicas y privadas, en donde se demostró la fuerza y voluntad humana de los tuxtepecanos, a través de grupos de jóvenes que se organizaron para realizar colectas para apoyar a la noble causa.
Con una cálida bienvenida y abrazos por parte de sus ex compañeros de grupo, en la Escuela Secundaria Federal “José Vasconcelos” en esta ciudad, Wendy acudió para agradecer a los docentes y educandos por el esfuerzo y oraciones realizadas para conseguir su recuperación.
La vida de la joven tuxtepecana ya no será la misma; tuvo que abandonar la escuela para cumplir al cien por ciento su tratamiento, tanto físico como psicológico, su familia entera decidió cambiar de residencia, ahora en el estado de Veracruz en donde comenzarán otra vida.
“No digamos que lo superé al cien, pero ahí la llevo, poco a poco y con el tiempo, aún me da un poco de miedo andar por las calles o subirme en el camión, pero si pasó una vez no tiene por qué pasar otra vez” señaló.
“Yo antes era una niña que no hacía mucho caso a mis papás, esto me cambió la vida, no creía en Dios, ahora me acerco a la iglesia y disfruto a mi familia, y a los jóvenes como yo, les pido que estudien, que salgan hacia adelante”, compartió en entrevista la joven.
Al finalizar el recorrido por las escuelas que la apoyaron, Wendy regresará para su casa, donde buscará rehacer su vida y continuar con algunos planes que se vieron entorpecidos por tan lamentable hecho, como terminar su secundaria y estudiar una carrera en enfermería. En tanto, al pueblo de Tuxtepec le agradeció todo el apoyo, pero también les pidió tener mucha precaución por la situación que se vive y que se cuiden mucho.
