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Este es el caso de un reportaje especial de Diana Manzo publicado el 1 de agosto pasado: http://old.pagina3.mx/mujeres/16613-mujeres-de-guevea-guerreras-de-la-montana-han-vencido-el-miedo-y-exigen-su-derecho-a-votar.htm
Diana MANZO/ Corresponsal
GUEVEA DE HUMBOLT, OAX., (página3.mx).- Adriana, Juliana, Juana, Elizabeth, Florencia, Hortencia, Alicia, Mireya, Angélica, Rosa y Amelia son once mujeres indígenas zapotecas-mixes, oriundas del municipio de Guevea de Humboldt, tienen entre 35 y 70 años, son amas de casa, tienen hijos y son esposas; juntas se han convertido en las Guerreras de la montaña, porque han vencido al machismo, discriminación política, insultos, golpes y la muerte, no las detiene nada, porque aseguran que lo único que anhelan es poder algún día ejercer su derecho a votar.
Ellas han tomado de ejemplo cuando en los años ochenta consiguieron con base en esfuerzo, entrega y coraje, que la Escuela Secundaria Técnica que se ubica en este pueblo se edificara en Guevea, aun cuando un tercer grupo exigía su cambio a otra zona del Istmo de Tehuantepec.
Guevea de Humbolt obtuvo su categoría de municipio en el año de 1826 y fue hasta el año 2012, cuando un grupo de mujeres solicitaron su ingreso al padrón municipal con la intención de hacer valer sus derechos, pero nada resultó favorable, inclusive el año pasado, el 20 de septiembre del 2013, a pesar de exigir que se les permitiera votar en plena asamblea para elegir al gobernante por medio del sistema normativo (usos y costumbres), hubo rechazo y discriminación.
Fue Adriana quien venció el miedo por vez primera y en plena realización de la asamblea, el día de la elección tomó la palabra y exigió su derecho a votar, los hombres ahí presentes, entre ellos los Ortiz, le arrebataron el micrófono y desde entonces comenzó el calvario para las guerreras guevellanas, quienes a casi seis meses de lucha, sienten la gloria alcanzarlas.
A pesar de la inconformidad de Adriana, ella y la decena de guerreras emitieron un documento el 24 de septiembre para informarle al gobernador de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo, y al Instituto Estatal Electoral y de Participación de Oaxaca (IEEPCO), la discriminación y violación de su derecho electoral, en donde virtualmente triunfó Héctor Hernández como alcalde de Guevea.
El IEEPCO y personal de la Secretaría General de Gobierno se reunieron en tres ocasiones con las mujeres en mesas de diálogo; sin embargo, nada se concretó a favor de ellas, y tanto este organismo electoral como el Tribunal Estatal Electoral del Poder Judicial de Oaxaca (TEEPJO), resolvieron a favor de Héctor Hernández como alcalde, pese a que ellas presentaron pruebas como fotografía y video, de que no votaron en la asamblea.
[pull_quote_center]“Tres de nosotras viajaban continuamente a la capital oaxaqueña para darle seguimiento al caso, cada vez que llegábamos al tribunal, la presidenta de este organismo nos decía descaradamente, aquí las cosas se mueven con “papelito”, y nosotras nunca entendimos, finalmente cuando dio el fallo a favor de los que manejan la política en Guevea, los caciques, los Ortiz, entendimos que lo que quería la magistrada Mireya Santos, era dinero”, narraron.[/pull_quote_center]
Las mujeres recuerdan en las constantes asambleas que se realizaron en Guevea sólo recibieron insultos, discriminación y desprecio, por lo que hartas de las leyes del estado de Oaxaca decidieron continuar e impugnar en la sala regional Xalapa, en donde finalmente el 11 de junio de este año, el veredicto resultó favorable y comprobó que las mujeres no votaron, por lo que habrá nuevas elecciones.
“Al conocer la noticia, la luz se volvió abrir, porque la hora ésta por llegar para que emitamos un voto, ya sea por medio de urnas o a mano alzada, porque de ahora en adelante, seremos tomadas en cuanta para elegir quien nos gobierne y no para la cocina o para los quehaceres, como algunos cuantos hombres, los caciques, los Ortiz y los Hernández nos dicen, que somos mujeres sucias y apestosas”, detallaron.
En estos casi diez meses de intensa lucha, cada una ha vivido paisajes oscuros, a una le mataron a su esposo, el ex alcalde de extracción perredista, Roberto Avendaño, otra más sufrió desesperación y rabia, cuando supo que su hija, menor de edad estuvo a punto de ser secuestrada, otra de ellas recibió una tremenda golpiza y el resto escucha a diario en las calles y avenidas, un sinfín de comentarios de que muy pronto morirán si no le paran a sus acciones.
“Lo que ocurre en Guevea es algo histórico, sabemos que somos estorbosas, que somos revoltosas, pero no nos queda de otra, no podemos dejar todo esto que antes era un sueño y hoy es realidad, pronto votaremos, elegiremos a quién nos gobernará, porque aquí en nuestro pueblo lejos de avanzar en obras sociales, estamos en retroceso”, argumentaron.
Las once mujeres, se sienten solas, desamparadas, con rabia y enojo manifiestan que han solicitado a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, medidas cautelares, porque sus vidas corren peligro, pero en hechos nada ha ocurrido.
“A estas alturas, poco creemos en el gobierno de Oaxaca, en los diputados y diputas y en la propia justicia e incluso los derechos humanos, quienes hasta el día de hoy no han hecho presencia en Guevea, aquí no hay libertad de expresión para las mujeres, aquí a las que hablamos, nos tachan de rameras y sucias”, indicaron.
Para las mujeres de Guevea, las lágrimas a estas alturas se han convertido en fortaleza, porque recientemente el pasado 21 de julio, otra vez quisieron corromper la resolución del tribunal federal.
“Ahora resulta que tres hombres, Isaí Ortíz Hernández, Gaspar Díaz Reyes y Héctor Hernandez Pérez, quieren seguir haciendo de las suyas, y lo peor con validez de funcionarios públicos, como el del IEEPCO y el de la Segego, pero no vamos a permitirlo, hoy más que nunca exhortamos a los diputados y diputadas de Oaxaca, que asignen un administrador para Guevea y aceleren la elección extraordinaria, llevamos 40 días sin gobierno municipal”, expresaron.
El aire poco sopla en las calles de Guevea, el murmullo aumenta por la celebración de su santo patrón Santiago Apóstol, mientras se realiza la misa en la iglesia del pueblo ellas cuentan sus vivencias, exigen el anonimato o usar nombres falsos. “No queremos morir antes de ver realizado nuestro sueño, las guerreras de la montaña, queremos votar, eso y nada más exigimos”.
