OAXACA, Oax.- Porfirio Díaz ha sido juzgado de diversas maneras a lo largo de la historia, una de ellas por ser malinchista, por querer convertir a México en Francia. Pero no se habla tanto del arte realizado durante su mandato, sobre qué proyectan estas obras. Este tema es el que la doctora Angélica Velázquez expuso en su ponencia El arte en la época del Porfiriato, 1876-1910.
La charla comenzó con un recuento de la pintura de historia. De acuerdo a Velázquez, existió una política nacionalista y un gran número de pinturas retrataban a personajes o momentos de la vida indígena, como El suplicio de Cuauhtémoc de Leandro Izaguirre.
Una de las temáticas que resurgió en este periodo fue la religiosa. Algunos pintores rescataron el trabajo de los frailes de la Colonia y también regresaron los proyectos artísticos de la Iglesia.
En esas fechas y pese al desarrollo de la fotografía, el retrato tuvo auge. Los cuadros para políticos, burgueses o autorretratos fueron populares. Incluso se comenzó a experimentar con la primera vanguardia: el Modernismo.
Igualmente, la pintura costumbrista y los paisajes fueron explotados con una visión nacionalista. Las personas eran retratadas con trajes regionales o en actividad tradicional. Así, el reconocido paisajista José María Velasco capturó diversos lugares del país, entre ellos El Valle de México, cuadro que incluye simbólicamente un águila y nopales.
La escultura fue otro arte que resaltó el patriotismo. El caso más emblemático es el Paseo de la Reforma, en el que durante el Gobierno de Porfirio Díaz varias esculturas de los héroes de la patria fueron instaladas, siendo una de las avenidas emblemáticas de la Ciudad de México.
El recorrido por el arte terminó con un vistazo a la arquitectura, en la cual floreció el ferrocarril, las escuelas, los mercados, los teatros, así como los edificios de Estado, muchos de ellos, como Bellas Artes, símbolos del país.