La policía informó que tres personas murieron, incluyendo el atacante, un refugiado iraní, tras la toma de rehenes en un café en Sidney.
Dos rehenes, un hombre de 34 años y una mujer de 38, también fallecieron en el incidente.
Las autoridades además informaron que cuatro personas resultaron heridas.
La policía irrumpió en la cafetería de Sidney donde un hombre armado había mantenido desde temprano del lunes a 17 rehenes, rescatando a varios de ellos y poniendo fin a la crisis que duró más de 16 horas.
Imágenes de la televisión mostraron a la policía disparando y lanzando granadas de percusión, mientras varios rehenes salieron corriendo y fueron ayudados por las autoridades.
Uno de los periodistas australianos transmitiendo para CNN dijo haber observado al menos siete personas heridas, presumiblemente un policía y seis rehenes, que fueron atendidos inmediatamente y llevados en ambulancia a hospitales cercanos.
La operación se realizó a eso de las 2:00 a.m. del martes, tiempo de Sidney.
El sospechoso había sido identificado minutos antes como Man Haron Moni, un autoproclamado clérigo de origen iraní y supuesto predador sexual.
Monis era conocido de la policía. El año pasado fue condenado a 300 horas de servicio comunitario por haber escrito cartas ofensivas a las familias de los soldados muertos en Afganistán.
Posteriormente fue acusado de ser cómplice del asesinato de su ex esposa. A principios de este año, fue acusado de atacar sexualmente a una mujer en 2002. Estaba en libertad bajo fianza por esos cargos.
«Este es un individuo fuera de lo común. Esto no se trata de un hecho de terrorismo o un acto concertado», dijo su ex abogado, Manny Conditsis, en declaraciones a la Australian Broadcasting Corp que fueron reproducidas por The Associated Press.
«Su ideología es tan fuerte y tan poderosa que nubla su visión en cuanto a sentido común y objetividad», dijo Conditsis.
Haron había negociado con las autoridades durante la noche, luego que cinco personas escaparan de la cafetería Lindt Chocolate donde estuvieron como rehenes desde las 9:30 del lunes.
La crisis comenzó a la hora de mayor tráfico, cuando el sospechoso armado con algo que parece ser una escopeta tomó como rehenes a los empleados y clientes de la cafetería y los obligó a mostrar una bandera islámica a través de la vidriera.
Seis horas después, un empleado de la cafetería y dos de los clientes lograron huir, llegando hasta los policías que rodeaban el restaurante en el distrito de negocios de la ciudad.
Un rato después otras dos personas, llevando delantales con el nombre de la cafetería salieron corriendo del edificio, presumiéndose que se trate de empleados.
El comisionado Andrew Scipione, de la policía estatal de New South Wales, dijo inicialmente que no se conocía la motivación del atacante.
“En este momento la información operacional que me dan es que todavía tenemos que determinar el motivo y en este punto todavía no estamos en posición de determinar de dónde viene este individuo”, dijo Scipione.
El presunto atacante fue sido visto a través de la vidriera, usando una camiseta blanca con un chaleco negro.
Rehenes vistos a través de la vidriera de la cafetería tomada por un hombre armado.
Rehenes vistos a través de la vidriera de la cafetería tomada por un hombre armado.
El captor también había pedido una bandera del grupo Estado islámico más apropiada que la que tenía, pues la que tenía era una bandera negra con la Shahada, la declaración islámica de fé.
De igual manera había solicitado hablar con el primer ministro australiano, Tony Abbott y a los rehenes les pidió comunicarse con los medios a través de las redes sociales.
El gobierno de Australia condujo docenas de cateos y capturas en varias ciudades australianas relacionadas con las amenazas del grupo Estado islámico a Australia, un miembro de la coalición que lucha por detener el avance de ese grupo en Siria e Irak.