La Habana. Cuba negó este viernes haber convocado a la prensa extranjera esta jornada, en medio de rumores y publicaciones en medios de otros países sobre un supuesto deterioro de la salud del expresidente Fidel Castro.
«Eso es falso. No se convocó ninguna rueda de prensa», dijo a AFP un responsable del Centro de Prensa Internacional (CPI), departamento del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano que atiende a los medios extranjeros.
«Siempre lo anunciamos de la misma manera (mediante un correo electrónico a los medios), y no se mandó nada», agregó el responsable del CPI.
Algunos medios de Miami, bastión del anticastrismo, habían informado que el «centro de prensa», sin identificar adecuadamente al CPI, había convocado a la prensa extranjera este viernes en La Habana, insinuando que esta supuesta citación se relacionaba con un deterioro de la salud de Castro, de 88 años.
Sin embargo, ninguna convocatoria había sido recibida por AFP a través de los canales habituales que usa el CPI: correo electrónico o, a veces, mensajes de texto de celulares.
Los rumores sobre el supuesto deterioro de la salud del líder cubano se han visto estimulados debido a que este jueves se cumplió un año de su última aparición pública, aunque en los últimos meses ha recibido a dignatarios extranjeros en su hogar en La Habana.
El jueves se cumplió un año desde la última aparición pública del líder histórico de la revolución cubana. No ha hecho comentarios públicos sobre la reconciliación entre Cuba y Estados Unidos anunciada el 17 de diciembre. Retirado del mando desde julio de 2006, hizo su última aparición pública el 8 de enero de 2014, cuando acudió a la inauguración de la galería del artista cubano Alexis Leyva «Kcho» -viejo amigo suyo- en el oeste de la capital.
Su última columna de prensa fue publicada por los medios estatales en octubre.
El «Comandante», como lo llaman los cubanos, no ha comentado públicamente el acercamiento anunciado por su hermano y sucesor, Raúl Castro, y el presidente Barack Obama hace tres semanas.
Tampoco asistió a la bienvenida a los tres agentes cubanos -considerados «héroes» en la isla- liberados por Washington como parte de los acuerdos que pusieron fin a medio siglo de enemistad.