Por Everardo R. Bohórquez y Cuevas
Este título de la presente entrega NO trata de ninguna falta de respeto para el dolor de los padres de los 43 normalistas desaparecidos desde el mes de septiembre del año pasado. No, de ninguna manera, sino que lo motiva el que ahora con bombo y platillo se magnifica publicitariamente la filmación de una nueva película de James Bond y que hace por lo menos 40 años creara Ian Fleming, porque según las autoridades federales y del Distrito Federal, esta filmación vendrá a ser el “ábrete sésamo” del turismo extranjero hacia nuestro país y la consecuente derrama de divisas.
Una guerrerense, la actual titular de la Secretaría de Turismo federal, Claudia Ruiz Massieu Salinas de Gortari, — que no conoce ni entiende la miseria de su estado natal porque se crió en pañales de seda– dijo que esta nueva producción del clásico cine de espías de origen hollywoodense, traerá una cauda inimaginable de turismo hacia nuestro México, a pesar que desde hace bastante tiempo los gobiernos de diferentes naciones advierten a sus connacionales sobre los riesgos de viajar hacia acá, pero, según dicha servidora pública, también reafirmará internacionalmente a nuestro país como un destino turístico ideal.
Pero, no nos bastará la vergüenza que tenemos todos los mexicanos como testigos del crimen de los 43 normalistas de Ayotzinapa y de los otros cuatro fallecidos aquella trágica noche-madrugada del negro 26-27 de septiembre pasado? A partir de aquel aciago día México y su (des)gobierno estamos en el ojo del huracán mundialmente y esto confirma el hecho de que nuestra nación es una de las principales de la comunidad mundial DONDE NO SON RESPETADOS LOS DERECHOS HUMANOS.
No, al parecer no basta. Aún nos dejan caer más sal en la herida nacional que seguirá abierta permanentemente y que no cerrará a pesar de la renuncia del Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, a quien se le dio como premio de consolación lo que queda del ente burocrático actual y que antes se distinguió por efectuar el reparto de la tierra a los que la trabajan, cuando era Departamento Agrario, luego Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización, para después definirse, en la época del gobierno echeverrista, como Secretaría de la Reforma Agraria.
Tampoco bastan los repetidos exhortos hechos por el mandatario Enrique Peña Nieto y, en cascada imitativa, por diversos servidores públicos del gabinete federal y de la iniciativa privada para que no nos detengamos en la petición cuasi unánime de que se aclare el paradero de los educandos de la Normal Rural de Ayotzinapa, cuyo grito de guerra y demanda seguirá sonando y resonando: VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS.
Con la filmación de la mencionada película de espionaje y de muertes ordenadas por el imperio inglés –según la justificación ética del novelista—en contra, primero de los comunistas, ya fueran rusos (Desde Rusia con Amor), de los malos malos como Blofed de origen europeo (Golfindger, Moonraker, Los Diamantes son Eternos, etc.); de malosos negros que maniobran contra el gobierno e intereses estadounidenses ayudado lógicamente por un agente de la CIA, Félix Leiter y, en ocasiones, por el francés Mathis, se busca desesperadamente paliar la imagen negra, negativa que se tiene de México, luego del crimen de Iguala.
Claro, todos los organismos de espionaje y contraespionaje del “mundo libre”: Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia citados en la serie de novelas del Agente 007 con “permiso para matar”, se dedican a la cacería de “los enemigos de la libertad”, acciones que se reflejan en la vida real, pues las grandes potencias no se detienen en minucias como asesinar a quien se oponga a sus deseos mediante atentados contra la vida de gobernantes como Fidel Castro Ruz –afortunadamente fallidos todos—o los que seguramente estarán intentando contra el venezolano Nicolás Maduro. Ya vimos que no pararon hasta eliminar a personajes como Osama Ben Laden, a quien se le atribuyó los sucesos del 11 de Septiembre de 2001, en Nueva York; horrendo y multitudinario crimen montado y manejado, y hasta televisado por los capitostes yanquis con la ayuda del gobierno y matones israelíes del Mossad, o sea el servicio secreto judío.
Pero se supone que debemos de estar felices todos los mexicanos porque el Centro Histórico de la Ciudad de México va servir de escenario para la filmación multimencionada y las molestias causadas a la ciudadanía como cierre de calles, controles estrictos de residentes y empleados que viven y trabajan en la zona, así como otras limitaciones a la circulación y al libre tránsito, son arropadas por las autoridades federales y capitalinas, acciones de las que hasta se enorgullece también el Jefe de Gobierno Capitalino, Miguel Ángel Mancera.
Pero eso sí las autoridades y sus mandos ponen el grito en el cielo por las manifestaciones callejeras múltiples de diferente sectores de la sociedad que afectan el tráfico citadino, porque, lógico, esas marchas, cierres de vialidades y plantones no son ningún atractivo turístico y tampoco traerán a México la derrama de muchos millones de dólares ahora que el peso vale menos que un cacahuate frente a la divisa estadounidense, la caída del precio del petróleo mexicano, así como la ausencia más que notoria del turismo extranjero. Las demandas sociales no sirven de argumento para ninguna película.
Y mientras les dicen a los padres de los 43 de Ayotzinapa , que ya olviden a sus hijos, que miren hacia adelante porque la justicia y el esclarecimiento del horrible crimen nunca les llegará aunque recurran a la Suprema Corta, perdón Corte de Justicia de la Nación, donde ya se pasea y alardea de su cargo el nuevo Ministro Televisa, Eduardo Medina Mora. Igual tampoco les resolverá nada a los deudos de esos muchachos, la nueva Procuradora (Televisa) General de la República y hermana de unos de los más importantes mandones del Canal de las Estrellas o como diría el celebre doctor psiquiatra Ernesto Lamoglia: el Canal del Desague.
Que no se burlen más del dolor de los de Ayotzinapa, de esos padres que buscan desesperadamente cuanto inútilmente a sus hijos, porque como diría el título de una de las novelas del matón agente inglés de contra espionaje: Sólo se vive dos veces, pero yo preguntaría: en México se vive? Aunque eso sí en nuestro país sólo se muere una vez y para el olvido como lo desean quienes no quieren dar la cara para respondernos no sólo del asesinato de los normalistas, sino también de los muertos de Tlataya y de tantos otros crímenes de seres humanos que se registran cotidianamente en México. (eramboc18@gmail.com)
