Diana Manzo/Corresponsal
JUCHITÁN, OAX.- Más de 2,300 campesinos del grupo social TONA TAATI’, Módulos de Riego 11 y 12, Asociación Ganadera Local, entre otras organizaciones campesinas de Juchitán, Col. Álvaro Obregón, Chicapa de Castro, Santa María del Mar y Xadani denunciaron la exclusión en el del padrón de beneficiarios del Programa de Seguro Catastrófico de la SAGARPA 2014 por negligencia de Agroasemex y SEDAPA del Gobierno del Estado de Oaxaca.
Manifestaron que el pasado 31 de Marzo, en la entrega de apoyos a más de mil campesinos en el poblado de Niltepec por parte de Jorge Carrasco Altamirano, titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Pesca y Acuacultura (SEDAPA) en Oaxaca, no consideró a los dos millares de campesinos quienes aseguran presentaron sus reportes de siniestros agrícola correspondiente en tiempo y forma como lo establecen las Reglas de Operación del citado Programa.
Tomás Chiñas Santiago, responsable de la organización Tona Taati’ exhortó al titular de la SEDAPA para que de nueva cuenta se revise el dictamen de Agrosemex ante los daños presentados en el ciclo agrícola Primavera Verano 2014.
“El año pasado, el campo istmeño se vio afectado por una larga sequía de más de 45 días y enseguida por fuertes lluvias de más de una semana ininterrumpidamente que provocó inundaciones a los terrenos de cultivos; es decir, en un solo ciclo agrícola se presentaron dos contingencias, una por sequía y otra por inundación de los terrenos de cultivo, de los cuales no nos pagaron nada de apoyo”, abundó.
Precisó que no es creíble que el dictamen determine que únicamente hayan sido afectadas 580 hectáreas en todo el municipio de Juchitán y que sólo 16 campesinos de Xadani hayan visto afectados sus cultivos.
“Rechazamos el dictamen que dicen las dependencias porque estamos seguros que nunca se hizo una verdadera verificación al campo, todo lo hicieron desde su escritorio por parte de Agroasemex”, añadió.
Chiñas Santiago Por lamentó que en las condiciones de abandono en que se encuentra el campo oaxaqueño, se sume la falta de sensibilidad de los funcionarios públicos, quienes su única responsabilidad es promover recursos para resarcir los daños ocasionados por las contingencias climatológicas a la, de por sí, precaria economía de la sociedad campesina del Istmo de Tehuantepec.