Diana MANZO/Corresponsal
IXTEPEC, OAX., (pagina3.mx).- El Viacrucis del Migrante llegó a Ciudad Ixtepec después de recorrer nueve días el estado de Chiapas y poblados de la zona oriente y centro del Istmo de Tehuantepec.
El Viacrucis está integrado por centroamericanos, menores de edad, hombres y mujeres, así como activistas mexicanos y extranjeros.
La tarde del jueves, el sacerdote Alejandro Solalinde, fundador del albergue Hermanos en el Camino les dio la bienvenida en Juchitán, donde aseguró que El Viacrucis es para sensibilizar a la sociedad de que el migrante no es una persona mala, sino que tiene la necesidad de mejorar sus condiciones de vida.
Asimismo detalló tiene la intención de este recorrido es manifestar que el Plan Frontera Sur habilitado el año pasado en el mes de julio, ha significado persecución, violencia y maltrato a los centroamericanos.
“El migrante ha tomado nuevas rutas, nuevos espacios, ahora camina y sufre la persecusión de agentes migratorios avalados por el gobierno mexicano y estadounidense, lo que intentamos es que este viacrucis concientice al pueblo mexicano”, expresó.
Los migrantes después de pernotar en Juchitán, caminaron aproximadamente tres horas es decir quince kilómetros y emprender la ultima estación del viacrucis recorriendo calles y avenidas de Ciudad Ixtepec.
En la entrada principal de la ciudad, la comitiva de migrantes fue recibida con aplausos de centroamericanos del refugio hermanos en el camino encabezados por Alejandro Solalinde Guerra, fundador de este centro humanitario.
El viacrucis del migrante en su última estación, fue representada por tres cruces cargadas por hombres y mujeres migrantes, quienes han vivido situaciones de peligro, discriminación, asalto y algunos hasta secuestro.
Axel Quevedo, de 32 años originario de Guatemala ha sido quién ha cargado la cruz desde su salida en Tapachula, aseguró que representar a cristo ha sido la mayor satisfacción de su vida
Hace tres meses fue deportado de Nueva York, lugar que había sido su residencia desde hace más de diez años, sin embargo ahora anhela encontrarse con su familia, sus hijos menores de edad, su esposa y su madre, quienes lo esperan con ansias.
“La vida del migrante se asemeja a la de Jesucristo, de un hombre que luchó y cruzo fronteras para conquistar su sueño, nosotros simplemente ocupamos el territorio mexicano para cruzar, en mi caso llevó más de diez días caminando, con ámpulas en los pies, con mucha sed en ocasiones pero nada me cansa, porque mi familia es la que me espera”, narró.
Después de recorrer las vías del ferrocarril, el viacrucis concluyó en las instalaciones del albergue Hermanos del Camino con un acto simbólico de crucifixión.
Autoridades como Grupo Beta del INM, policía vial del estado de Oaxaca, Comisión Nacional para los Derechos Humanos (CNDH), Policía Federal y la Agencia Estatal de Investigación (AEI) brindaron protección y apoyo al viacrucis del migrante.