Pedro Matías
OAXACA, Oax. (pagina3.mx).- El Ejército Popular Revolucionario (EPR) afirmó que a ocho años de la desaparición forzada de los guerrilleros Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, su ausencia se ha transformado en energía revolucionaria para levantar las banderas de la insurrección como única alternativa para superar la actual situación del país.
Insistió en que los eperristas fueron detenidos-desaparecidos por su condición de revolucionarios; por sus ideas libertarias; su lucha; su apego a la defensa de los intereses del pueblo; y por su actitud combativa ante el enemigo de clase.
En síntesis, agregó el comunicado, que Gabriel Alberto y Edmundo Reyes “fueron detenidos-desaparecidos, torturados, sometidos a tratos crueles y degradantes (el 25 de mayo de 2007) por ser militantes del EPR”.
Está probado que sus compañeros fueron detenidos-desaparecidos por el aparato policiaco-militar del Estado mexicano el 25 de mayo de 2007 en la ciudad de Oaxaca, en el marco de la represión generalizada que se ejerció por el gobierno estatal y federal contra pueblo el que exigía solución a sus demandas.
“A ocho años de este crimen de lesa humanidad se ha comprobado fehacientemente que con su detención-desaparición se consumaba la premeditación, la alevosía y ventaja desde el Estado contra luchadores sociales y los revolucionarios, porque por esas fechas se consumaron por el aparato represivo más de treinta detenciones-desapariciones en todo el país, todas ellas vinculadas a la lucha popular contra el régimen”.
En la actualidad, las corporaciones policiaco-militares, los grupos paramilitares oficiales y no oficiales actúan por mandato y aquiescencia del Estado, entonces, los supuestos individuos “aislados” en los que quieren diluir los crímenes de lesa humanidad pertenecen al aparato represivo del Estado mexicano.
Lo preocupante es que al problema de la pobreza y la miseria que existe en el país se agrega el de la desaparición forzada como política de Estado.
Y la desaparición forzada aparte de ser un crimen de lesa humanidad imprescriptible, en México por medio de estos aborrecibles crímenes se difunde el terrorismo de Estado y se generaliza la guerra de baja intensidad contra el pueblo, cobrando día a día nuevas víctimas y elevando a cientos de miles las cifras criminales.
Entonces, abundó el grupo insurgente, “la lucha contra el terrorismo de Estado es una necesidad imperiosa que todos debemos enarbolar y asumir, pero ésta hay que organizarla, estructurarla y generalizarla antes de ser víctimas; los detenidos-desaparecidos de ayer y hoy son hijos del pueblo, pertenecen al pueblo, son del pueblo, por tanto nos corresponde a todos enarbolar la exigencia de su presentación con vida”.