Guadalupe Ríos
OAXACA.- Aunque la mayoría de los candidatos y candidatas de los partidos políticos que buscan una diputación federal no me convencen, ejerceré libremente mi voto este 7 de junio, si es que se instalan casillas, porque el INE ya advirtió -luego de las acciones del magisterio-, que si no hay condiciones de seguridad, no las instalará.
No simpatizo con la propuesta del voto nulo para demostrar mi inconformidad con el sistema político, o mi desconfianza hacia el @INE y mi rechazo a la dirigencia y estructura de los partidos políticos, que como dice el líder de la sección XXII “ninguno responde a las exigencias del pueblo”.
Pero tampoco simpatizo con las acciones violentas que algunos miembros radicales del magisterio oaxaqueño o grupos “contratados” por intereses mezquinos, han realizado aprovechando el marco de las movilizaciones acordadas en las asambleas magisteriales.
En ninguna asamblea se acordó actuar con violencia, en ninguna asamblea se acordó destruir oficinas, incendiar edificios, o robar insumos de las oficias públicas, pero hay quienes envalentonados (o con línea) actúan ante la pasividad, el desconcierto y desaprobación de la base que permanece atada a participar para conquistar “puntos” sindicales.
No obstante hay que decirlo, ningún gremio en este país, salvo el magisterio, ha salido a las calles a protestar, a denunciar y manifestar su inconformidad contra el despojo de la nación, contra la corrupción y el robo descarado de quienes gobiernan el estado y el país entero; la mayoría de la población permanece callada, esperando que las cosas cambien algún día y solo hay dos formas de lograrlo:por la vía pacífica electoral o por la vía armada.
Y la vía pacífica, la de la votación, está en manos de cada uno de los ciudadanos y ciudadanas de este país este domingo 7 de junio aunque sea para dar el primer paso.
Actualmente está cobrando fuerza el llamado al voto nulo, a demostrar con un alto grado de abstencionismo en las urnas que la sociedad está inconforme. ¿Será acaso que quienes gobiernan el país y quienes dirigen los partidos ignoran esta realidad? Por supuesto que lo saben pero no les importa; por eso la población votante es la que puede decidir el cambio de rumbo.
En 2012, el entonces IFE se ufanó diciendo que se alcanzó una alta participación de ciudadanos en las elecciones al registrarse una votación de 50 millones 323 mil 153 ciudadanos que representó el 63.34% de las listas nominales del país, pero se elegían entonces Presidente de la República, Senadores, Diputados Federales, y en algunos estados Diputados Locales, Ayuntamientos y Jefes delegacionales en el Distrito Federal. Por eso la cifra de votantes aumentó.
Sin embargo, Enrique Peña Nieto conquistó la Presidencia de la República con la alianza del PRI-PV con una votación de 19 millones 226 mil 784 votos, lo que representaba solo el 38.21% de la preferencia electoral, mientras su más cercano adversario Andrés Manuel López Obrador con la fórmula PRD-PT -Movimiento Ciudadano alcanzó una votación de 15 millones 896 mil 999 votos, equivalente al 31.59%.
[quote_box_left]Es decir, actualmente quien gobierna este país lo hace sin contar con la aprobación ni el respaldo de poco más del 60% de los electores. ¿Qué lectura hay que darle entonces a esas cifras?, pues simplemente que no tienen el respaldo de las mayorías. [/quote_box_left]
Hoy la ciudadanía está llamada a votar, a ejercer libremente su voto, a externar su rechazo votando en contra de quien no le ha garantizado lo que prometió o a votar para ratificar su respaldo a quien considera le ha brindado seguridad, desarrollo, estabilidad económica y laboral, confianza.
Anular el voto no es garantía de nada para que las cosas cambien, por el contrario, solo anula su voto quien tiene cierto grado de conciencia y cuestiona al sistema y a las instituciones, quien no cree en los partidos y quien considera que este proceso es una farsa.
El voto nulo lo ejercen entonces quienes se oponen al partido oficial, a la derecha recalcitrante y a la izquierda corrompida, pero finalmente el voto nulo sirve más a los propósitos de la derecha que a los de la izquierda.
La masa que desconoce el valor de su voto votará por compromiso, por “tradición familiar”, por “amistad” o votará coaccionada y engañada creyendo que así va a conservar los beneficios del algún programa como Prospera o Sesenta y más.
El engaño, la manipulación de la ignorancia, el uso de la pobreza son las piezas que juegan a su favor los políticos y los gobernantes en el tablero de la elección.
[pull_quote_center]Luis Donaldo Colosio dijo entre muchas cosas (y por eso lo mataron), que había llegado la hora del “poder ciudadano” que “la sociedad mexicana ha cambiado y demanda un cambio en las prácticas políticas”. [/pull_quote_center]
Y así fue. Colosio ya no vio que su partido fue derrotado en las urnas y perdió la presidencia de la República, no vio que también en los estados dejaron de ser el partido hegemónico,y aunque después de 12 años el PRI recuperó el poder, fueron las y los electores con su voto quienes hicieron posible el cambio para frenar inercias. La decisión este domingo está en tus manos.
