Jaime GUERRERO
OAXACA, (pagina3.mx).- En al menos 13 municipios, padres y madres de familia impidieron el paro de labores de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), como parte de la defensa del derecho a la educación de sus hijas e hijos.
Así, a pesar de que este lunes la sección sindical de docentes inició un paro indefinido de labores, en 17 escuelas ubicadas en los municipios de Santa María El Tule, Santiago Matatlán y colonia Volcanes en la capital oaxaqueña; mientras que en Tamazulapam del Progreso, Coicoyán de las Flores, San Martín Peras, Tamazulapam del Espíritu Santo, San Pedro y San Pablo Ayutla, San Miguel Quetzaltepec, Ejutla de Crespo, así como Río Sal Arriba y Santa María Huatulco se desarrollaron labores de manera normal.
Además, desde hace cuatro años, la Escuela Primaria Vicente Guerrero de Santa María El Tule, en donde la plantilla docente la integran docentes de la Sección 22 ha evitado la paralización de actividades.
Fernando Cruz Martínez, presidente del Comité de Padres de Familia de la Vicente Guerrero, explicó que a través de distintas actas firmadas por las personas responsables del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), la autoridad municipal y la representación sindical de la Sección 22, se acordó que este tipo de movilizaciones se permita la participación de un 30% del profesorado y el resto se dedique a las labores en el aula.
[pull_quote_center]“Hace cuatro años las madres y padres de familia nos reunimos en asamblea y se acordó que en esta escuela no habría paros, se levantó un acta y la firmaron los responsables del IEEPO y la autoridad municipal. La condición fue que solo iría una representación a los paros para que las y los niños no se queden sin clases”.[/pull_quote_center]
Cabe destacar que estos planteles que no paralizaron actividades y se encuentran dando clases, casi de manera clandestina, por el temor de que la misma Sección 22 violente las instituciones y los obligue a cerrar las escuelas.
Así, través de diversos acuerdos y minutas firmadas entre docentes, madres y padres de familia, y en algunos casos con las autoridades municipales, establecieron el compromiso de cumplir con los 200 días del calendario electivo, porque de lo contrario se impediría el retorno de las profesoras y profesores a sus centros de trabajo.