Pedro MATÍAS
OAXACA, Oax. (pagina3.mx).- Entre Gabino Cué y Ulises Ruiz Ortiz no hay ninguna diferencia porque su forma de gobernar es impositiva, caprichosa y hasta ociosa y solo benefician a sus colaboradores más cercanos, afirmó el ex presidente del Colegio Libre e Independiente de Arquitectos, Ingenieros y Urbanistas de Oaxaca, Lázaro García Saavedra.
Luego de sumarse al Frente de Defensa del Cerro del Fortín que se opone a la construcción del Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca (CCCO) en el pulmón de esta capital, cuestionó al gobernador Gabino Cué y al presidente municipal, Javier Villacaña, porque está claro que este proyecto está fincado en amiguismos, compadrazgos o pagos de facturas.
“Qué lástima que el gobierno municipal y estatal se preocupen por intereses particulares y de grupo”, puntualizó.
Aclaró que “esta lucha es pacífica y por la vía legal”, pero sobre todo hizo hincapié en que “ninguna de las asociaciones nos oponemos a esa obra, pero Oaxaca requiere de más infraestructura, no de una obra faraónica que es un capricho por un negocio en ese lugar (Cerro del Fortín) si Oaxaca es tan grande”.
Consideró que “la idea de un centro cultural para el estado es buena, pero la elección del lugar es pésima, ya que hay bases técnicas que motiva que es un capricho y los centros de población no se deben gobernar a caprichos de voluntades ociosas, pensando en intereses particulares y de grupo”.
[pull_quote_center]Manifestó que es una lástima que “el Gobierno del Estado sea insensible a las heridas que no han cicatrizado desde el 2006 y qué pena que haya gente que solo se preocupe por el interés de sus bolsillos antes que por el interés común”.[/pull_quote_center]
García Saavedra precisó que en este colectivo de defensa del Cerro del Fortín no hay ninguna liga con ningún color para que no se desvirtúe la lucha social.
Al insistirle qué diferencia hay entre Ulises Ruiz y Gabino Cué, el ex presidente de la Agrupación Colegiada de Profesionales del Desarrollo Urbano fue tajante:
“No hay ninguna diferencia en cuanto la forma de gobernar, es impositiva, cuando es a capricho de voluntades ociosas, cuando no hay una debida y correcta planeación. Los centros de población se deben proyectar con un umbral de 25 o 30 años con visión de futuro, no se pueden hacer planeas sobre las rodillas ni de un rato a otro o que beneficien a los colaboradores más cercanos”.
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