ELISA RUIZ HERNÁNDEZ
OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- Recuerda Jorge Bueno que las primeras pinturas de Fernando Andriacci se montaron en los muros de la Casa de la Cultura Oaxaqueña, de la cual era director, cuando el artista era un “chamaco” que apenas rebasaba los diez años.
Cuando tuvo veinte años, el creador nacido en 1972 en Cuicatlán, un pueblo caluroso y lleno de olores y colores tropicales, además de tener un gran río, el Río Grande, ya andaba recorriendo varias partes del país, y antes de los 30 llegó a una de las grandes capitales del arte: Nueva York.
Hoy Fernando Andriacci rebasa los cuarenta años y su obra es de las más solicitadas dentro y fuera de México, comenta Lydia Silveira, directora de la Galería Arte de Oaxaca, organizadora de la exposición Encanto Sensorial que se exhibe en este sitio cultural localizado en Murguía 105, del centro histórico.
Encanto Sensorial reúne 100 piezas entre óleos sobre tela, bronces, cerámica de alta temperatura, gouaches, serigrafías y obras textiles, que permiten apreciar el manejo de una amplia diversidad de técnicas.
Fuera de la exhibición de su obra escultórica en espacios públicos de la ciudad, como el andador turístico, el Congreso del Estado y el Jardín Etnobotánico, ésta es la primera exposición de Andriacci en una galería local en lo que va del año.
“Mi objetivo siempre será colocar el arte en lugares donde todos puedan tener acceso a ella, ya que considero que el arte debe ser para todos y no para unos cuantos. También es una forma de regresar a Oaxaca un poco de lo mucho que me ha dado”, comenta a propósito de la colocación de sus esculturas monumentales en sitios abiertos.
Recientemente, Andriacci ha expuesto en Atlanta y Portland en los Estados Unidos, en Torino, Italia, así como en Tokio y Nagoya, Japón.
En el marco de la Guelaguetza, el artista presenta una exposición con obra novedosa, llena de color y matices alegres, como lo es esta festividad que se caracteriza por la espectacularidad de sus bailes y el colorido de sus trajes, comenta.
-El estilo de Andriacci es inconfundible y muy solicitado, ¿no le preocupa que le surjan imitadores?
–Es bueno saber que el estilo de un servidor pueda ser inspirador para otros artistas que tal vez andan en la búsqueda de su propio estilo, sin embargo, uno puede ser imitado pero jamás igualado. No me afecta en lo más mínimo porque pienso que todo buen artista termina por encontrar su propio estilo y no puede ser igualado.
-¿A qué atribuye que su obra sea tan próxima, tan cercana a la gente de toda clase y no solo de los conocedores o coleccionistas?
-Se lo atribuyo a mis ideales, porque creo que el arte debe ser para todos y no para unos cuantos. Cuando uno comprende que la única forma de recibir es dando lo mejor a los demás, uno empieza no solo a ser mejor ser humano sino también diferente. Pienso que para ser irremplazable hay que ser distinto.
-¿Cómo conserva su espíritu casi de niño? Los niños son una constante en su obra…
-Los niños son algo maravilloso, lo sé porque tengo tres hijos y el más pequeño es de dos años. He podido ver como ríe, como juega, como todo lo que hay en el mundo le asombra, desde ver una hormiga caminar con una hoja encima, hasta el verlo correr y que el aire choque en su frente. Nunca deberíamos dejar de escuchar a ese niño interior que todos llevamos dentro, él de una u otra forma sabe lo que nos hace feliz.
-¿Cuál es su mayor aspiración cuando está realizando una pieza; cuál es el destino que anhela para cada una de ellas?
-Poder hacer una conexión con la persona que decide adquirir lo que hago es una de mis aspiraciones; que través de una obra pueda transmitir un poco de mi tierra y mi esencia, ya que en el momento que en cada detalle, cada pincelada, cada color, va la mejor interpretación de mí mismo. También anhelo dejar una parte de mí por la eternidad y así dejar huella en este mundo, para que el día que ya no esté mis cuadros puedan hablar sobre mí.
-¿Cómo es una jornada de Fernando Andriacci; a qué hora empieza a trabajar, cuántas horas?
-Mi jornada de trabajo es bastante intensa ya que la inspiración no tiene horario, puede ser de madrugada, por la mañana o al caer la tarde, y uno tiene que estar atento a ella. Empiezo a trabajar a las siete de la mañana y termino a veces ya muy de madrugada. Trabajo más de 12 horas pero he llegado a trabajar hasta veinte horas en un día.
La realidad de las cosas es que me encanta lo que hago y la pasión que hay en mí por crear hace que no se me sienta cansado. No sé cuánto tiempo pueda estar en este mundo, pero sea poco o mucho debo aprovecharlo al máximo, pues mi tiempo como el de todos es limitado en este universo.
-Decía Picasso que la inspiración le llega al artista trabajando…
-Nada más cierto. Cuando la creatividad y la preparación se encuentran suelen nacer cosas maravillosas. El trabajo dignifica al ser humano y es esencial para que la inspiración acuda a uno
-¿Cuándo y cómo descansa?
-Suelo dedicarme a mi familia y es ahí cuando descanso, también cuando voy de vacaciones con la familia. Para mí la familia es el pilar de mi vida, por eso procuro estar con ellos, aunque mi trabajo me exige demasiado tiempo, me esfuerzo para poder platicar y convivir con ellos; es en esos momentos cuando puede decir que descanso.
-¿Qué proyectos tiene en puerta para el resto del año?
-Tengo una agenda bastante ocupada: una exposición en el Distrito Federal por parte del IMSS en Paseo de la Reforma; también en algunas galerías de la ciudad de Puebla y una más en el extranjero.
La exposición Encanto sensorial de Fernando Andriacci el viernes 17 de julio, está abierta al público en la Galería Arte de Oaxaca en un horario de 11:00 a 15.00 horas y de 17:00 a 20:00 hrs.