Pedro Matías
OAXACA, Oax. (pagina3.mx).- Una nube de gas lacrimógeno y de matafuegos dispersó a los legisladores y diputadas que tomaron por asalto la tribuna del congreso de Oaxaca.
Ocultos en el recinto legislativo, porros del diputado del PRI, Fredy Gil Pineda Gopar, accionaron granadas de gas lacrimógeno y los cilindros de los extintores para “reventar” la sesión y evitar la aprobación de las leyes secundarias de la Reforma Electoral.
Era evidente que el PRI no estaba de acuerdo con estas adecuaciones. Y fieles a su origen, decidieron tomar por asalto la tribuna, azuzados por su líder cameral, Alejandro Avilés Álvarez.
A punto de fenecer el plazo constitucional, la presidenta de la Mesa Directiva, Leslie Jiménez Valencia, pretendió instalar a las 23:15 horas, la sesión extraordinaria del pleno para aprobar las leyes secundarias.
Pero el Bronx priista ya tenían su estrategia porril. Emulando a sus maestras Sofía Castro y Margarita Liborio (las kid mezcales), las legisladoras María Luisa Matus Fuentes, Rosalía Palma y Lilia Mendoza Cruz, así como Adolfo García y el “porro mayor” Fredy Gil Pineda Gopar, irrumpieron violentamente en el estrado.
El aquelarre político de baja ralea, estuvo acompañado de golpes, empellones y destrucción de micrófonos para impedir que la panista Jiménez Valencia realizara el pase de lista.
En el acto más bochornoso de la vida legislativa estatal, los “representantes del pueblo” que tanto cuestionan las acciones magisteriales, ahora vandalizaron; los que convocan al diálogo para dirimir diferencias, ahora los domina la sinrazón; los que exigen respeto a las instituciones, ahora las prostituyen con acciones primitivas.
El ruido es enloquecedor en el recinto legislativo. Rosarios de groserías suplantan el discurso político. Solo hay dos contrincantes, el Bronx del PRI y por el Bronx de la alianza opositora (PAN, PRD, PT, MC, PSD y Unidad Popular).
Los ánimos están caldeados. Poco falto para los golpes. El temor era que los pistoleros del diputado Fredy Gil desenfundaran sus armas. En un arranque Fredy Gil, quien fuera porro en la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca, ahora con su investidura de diputado intentó derribar la mesa del presídium y arrancar los micrófonos.
Mientras María Luisa Matus y Lilia Mendoza hacían todo su esfuerzo por golpear a la panista Leslie Jiménez, quien era protegida por la panista Zonia López y las perredistas, Vilma Martínez Cortés e Iraís González Melo.
Ataviadas con trajes regionales Carmelita Ricárdez Vela y Lilia Mendoza arengaban iracundas en un desesperado intento por frenar la aprobación de la reforma política en Oaxaca. Pero su rabieta no logró su objetivo. Mientras que Rosalía Palma se robó la campana que se utiliza para iniciar las sesiones, la cual, escondió entre su rebozo.
El estallar las granadas de gas lacrimógeno o pimienta y los cilindros de los extintores fueron las armas que sirvieron para que los legisladores de la coalición de partidos abandonara el recinto legislativo a pesar de que los priistas vociferaban que cerraran las puertas para retenerlos.
Testigos refieren que “el gato” (el diputado del PRI, Gustavo Díaz) le quito la tapa a uno de los extintores y empezó a rociar, mientras que los porros de Fredy Gil lanzaron algo que explotó en el recinto y una nube inundó el lugar. Un humo penetraba la garganta y dejaba respirar.
Fue entonces que los diputados aliancistas abandonaron el recinto entre tosidos y comentaron de que “si no te mueres de un incendio, pero sí de la asfixia por este humo”.
Los aliancistas nombraron como sede alterna, la sala de juntas del PRD. En su desesperación porque no encontraban las llaves, procedieron a romper la puerta para sesionar y se atrincheraron en el salón de la coordinación perredista. Mientras unos votaban, otros custodiaban la entrada para alertar sobre la presencia del PRI.
Al grito de “ahí vienen los del PRI”, los aliancistas aprobaron, con 23 votos a favor, la reforma política-electoral en Oaxaca.
Fue así que a las 23:58 horas del jueves 9 de julio fue aprobada la reforma política electoral y aunque los priistas instalaron su propia sesión, ya había vencido el plazo constitucional porque el reloj marcaba las cero horas con dos minutos del viernes 10 de julio.
Los priistas iracundos estallaron otros artefactos en diferentes edificios del recinto legislativo y el humo, como cortina, cubrió el zafarrancho.
Trascendió que los priistas, una vez que se aprobó la reforma en los general donde se modificó el apartado de residencia para ser gobernador de cinco a tres años para beneficiar principalmente al hijo del ex gobernador José Murat, ahora se oponen a temas relacionados a la paridad de género, las candidaturas independientes, los derechos indígena y la desaparición de los “administradores municipales”.
En tanto, los priistas alegan que los diputados aliancistas iban alcoholizados después de comer con el gobernador Gabino Cué.
A pesar de esta acción gansteril por frenar la reforma política que ordenó la federación, esta quedó aprobada, pues en caso contrario, hubiera dado pie a que se iniciara una nueva controversia Constitucional contra el gobierno de Oaxaca por desacatar el mandato presidencial, lo que se evitó de último minuto.