Diana Manzo/Corresponsal
IXTEPEC, OAX. (página3.mx).- Carlos, José Francis, Kevin y Pedro Pablo son centroamericanos y tienen algo en común, los cuatro salieron de sus países centroamericanos por la violencia que impera, dos son menores no acompañados y los otros dos decidieron abandonar a su familia a la suerte del destino. Este cuarteto forma parte de las mil 861 migrantes que visitaron el Albergue En el Camino de ciudad Ixtepec en este primer semestre del 2015.
Carlos y Kevin son dos de los 40 menores no acompañados que registra este refugio fundado en el 2005 por el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, quién desde ese entonces ha buscado que en México se respete y se garanticen los derechos humanos de las personas migrantes que llegan a este país.
Según datos de Jessica Cárdenas, promotora de los Derechos Humanos del Albergue Hermanos en el Camino, en este último mes (junio) ha aumentado el flujo de familias completas, principalmente madres de familia con hijos menores de edad, quienes anhelan llegar a la frontera y mejorar sus condiciones de vida.
“En este primer semestre del 2015, hemos registrado en nuestra bitácora 135 menores, de los cuales 40 vienen solos, sin familia, el flujo migratorio continua, obviamente ha disminuido porque no se les permite subir al tren, antes llegaban ochocientos al mes y ahora se ha reducido a la mitad, pero siguen llegando, la violencia es el principal motivo”, puntualizó.
La mayoría de los menores no acompañados, jóvenes entre 14 y 17 años, buscan un refugio para que los ayudemos a realizar un trámite de regularización, viene huyendo de las bandas, principalmente de la “MS 18 o la Mara Salvatrucha” y ahora lo hacen buscando nuevas formas.
“Algunos viajan por mar, otros cruzan a pie pueblos montañosos y otros se guían de las vías del ferrocarril, caminan días enteros, entre cuatro y cinco, llegan cansados, deshidratados, lesionados, sin dinero, con miles de historias muy tristes, pero aquí les brindamos atención médica, les damos alimentos y buscamos que se regularicen, es un trabajo tardado, pero de lo que sí están seguros es que ya no regresaran a sus países”, detalló Jessica.
En el albergue, siempre hay migrantes así como voluntarios y promotores de los derechos humanos, a diario llegan entre 15 y 20 migrantes, hombres, mujeres, niños y menores no acompañados.
EL DÍA QUE LLEGUEMOS A LOS ESTADOS UNIDOS.
Kevin, es un joven de 16 años, apenas si llegó el viernes pasado a Ciudad Ixtepec, desorientado y sin el apoyo de su familia caminó la ruta de Arriaga Chiapas- Ixtepec Oaxaca, la hizo en seis días al igual que José Francis, quién desde hace un mes está refugiado en el Albergue esperando trabajar para poder seguir su ruta.
La historia de Kevin es triste como todos, huyó de Honduras luego de estar detenido por los MS 18 durante un mes. “Allá los chavitos de nuestra edad nos agarran los Maras, nada más nos ven entre 14 y 17 años y quieren que trabajemos con ellos, entran a las escuelas, se filtran como alumnos, a mi me raptaron por un mes, me les escapé y me vine para México, tomé mi autobús y llegué a Arriaga, de allí caminé largo tramo, corrí desesperadamente hasta llegar al Albergue de Chahuites, donde tuve un incidente y caminé hasta llegar a Reforma de Pineda, ahí conocí a tres amigos, con los que estoy iniciando una nueva aventura”.
Kevin es un joven tímido, de tez blanca, apenas si pronuncia algunas palabras, el hartazgo y la desesperación por tanta violencia se han apoderado de él, asegura que su vida no ha sido nada fácil, hace un año su abuela con la que vivía falleció y desde entonces su vida dio un giro total, ahora nada lo detiene y su sueño es llegar primero a Monterrey y después a los Ángeles California.
Es un joven que viaja solo, el destino lo junto con otros tres jóvenes menores de edad, quienes también dejaron su hogar, dos de origen hondureño y otro guatemalteco, ellos no dicen ni pronuncian palabra alguna, solo sonríen, pero Kevin reafirma que miedo es lo menos que tienen.
Kevin y Carlos, otro menor de edad que llegó hace un año al refugio son de origen Hondureño, los dos comparten que huyeron de su país por los Maras. “Los MS18 son chavos que no se tientan el corazón, ellos a lo que van, así como nosotros hay miles que quieren huir, unos dependen de su familia y no lo hacen, en centroamérica no hay de otra, o eres migrante o eres de los MS18”.
CUPIDO SIN FRONTERA
Pedro Pablo Izquierdo Ayala y Aracely se conocieron hace un par de meses durante la estancia de él en la ciudad de México, en unos quince días se casaran por la iglesia y por lo civil en la tierra natal de él, El Salvador.
Pedro Pablo, es migrante salvadoreño, llegó al Albergue del Camino hace un par de meses y fue uno de los que resultaron lesionados durante un enfrentamiento que tuvieron con elementos de la policía federal y del Instituto Nacional de Migración durante el viacrucis del migrante a mediados del mes de Abril.
Él junto con otros 300 centroamericanos llegaron al a ciudad de México, sin embargo solo un ciento de ellos obtuvo la visa de residencia por un año y desde ese momento empezó a trabajar.
“En la Ciudad de México al llegar obtuvimos gracias a las gestiones y el apoyo del sacerdote Alejandro Solalinde nuestra visa humanitaria, somos migrantes que vivimos de mucha violencia, que tenemos antecedentes de persecución, sin embargo la discriminación para con nosotros todavía existe, la gente nos arrincona y eso lo viví en esta gran metrópoli que es el Distrito Federal”, sostuvo.
Añadió que después de varias semanas de buscar empleo, por fin fue aceptado en una tienda de hamburguesas, pero también encontró el amor, cupido lo flecho y ahora va de regreso a El Salvador solo a contraer nupcias y regresa a México a mejorar sus condiciones de vida.
“Aracely es mexicana, junto a ella me siento feliz, a grandes kilómetros cupido nos flechó y ahora a seguirle con el sueño americano, que eso no se olvida por nada del mundo, la violencia nos hace fuertes, nos hace que tengamos agallas para salir adelante y lo hemos demostrado”, expuso.
Pablo y Aracely junto con un hijo de ella, sonrientes posan para la foto, permanecerán dos días más en Ciudad Ixtepec y de ahí a volar hasta su país, El Salvador.