Bajo cualquier criterio, Jeremy Corbyn es el líder más izquierdista en la historia del Partido Laborista.
Ambos burocratizaron al Partido Laborista al neutralizar a la conferencia del partido, al que redujeron a una versión barata de los Demócratas de Estados Unidos: pura apariencia, cero sustancia.
Él entiende que quienes hacen el mal en el extranjero no tienen muchas posibilidades de hacer el bien en casa.
Muchos de los que se empadronaron lo hicieron sólo para votar por él y para romper con el desabrido Nuevo Laborismo, carente de imaginación y visión.
Corbyn no está amaestrado, es discursivo y demasiado de izquierda; quiere revertir la privatización de los trenes, los servicios, etcétera.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2015/09/14/opinion/022a1mun