A juicio de los patriotas, el núcleo de esta longeva nación reside en la lengua, encarnación de su alma inconfundible.
El nacionalismo español reivindicó igualmente características primordiales, como la fe católica —el nacional-catolicismo— y la lengua castellana.
El resultado ha sido un éxito muy notable; la mayoría de los catalanes concibe Cataluña como una nación.
Cualquier salida para la cuestión catalana tiene que partir de este reconocimiento: tras más de un siglo de nacionalismo y tres décadas y media de autogobierno, Cataluña puede considerarse una nación.
La llegada de la política de masas, con democracia o sin ella, hizo de lo nacional una verdadera obsesión colectiva.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/09/27/opinion/1443351452_604682.html