Ese es el espacio que ocupa la denominada Vivienda popular, uno de los proyectos estrella presentados en la Bienal de Arquitectura de Chicago.
La casa sólo cuesta 6.000 euros (unos 120.000 pesos), puede construirse en menos de un mes y permite que la levanten, como un mueble de Ikea, sus propios moradores.
El resultado son 53 millones de pobres (11 millones de ellos en precariedad extrema) y un agujero de nueve millones de viviendas.
«Tengo su idea del quehacer social», explica Bilbao, entre cuyos diseños figuran la Casa Ajijic o el Jardín Botánico de Culiacán, dos referencias en la joven arquitectura latinoamericana.
Son dos habitaciones, un baño, una cocina y un salón-comedor en los que se ha gestado una pequeña gran revolución.
Fuente: http://elpais.com/cultura/2015/10/08/actualidad/1444267017_352839.html