En sus dichos, El Bronco apela por igual a la ruptura que a la identidad.
En esa dirección conviene seguir con cierto detalle las propuestas que pretenden sentar las bases de los cambios necesarios, como ocurrió en Monterrey con Jaime Rodríguez.
Es un discurso al borde, cuya fuerza de convicción deriva del relato mitológico que le da origen.
Durante la ceremonia, el nuevo gobernador habló de sí mismo con detallada acuciosidad y describió los grandes trazos del personaje construido a marchas forzadas durante la campaña.
La sociedad mexicana reclama cambios esenciales en el respeto a los derechos básicos, el cumplimiento del derecho, pero es evidente que nada puede mejorar si la desigualdad es el único horizonte al alcance de la mayoría.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2015/10/08/opinion/017a2pol