El elemento del que solo hay un gramo es un elaborado compendio que para gran regocijo del lector cuenta con una enorme labor de documentación previa.
El estilo de El elemento del que solo hay un gramo es por tanto llano y cercano a la oralidad, aspecto necesario en una obra divulgativa dirigida a un público amplio.
Si ustedes también son de naturaleza curiosa y disfrutan de investigar por su cuenta cualquier anécdota interesante que cae entre sus manos, no lo duden: lean El elemento del que solo hay un gramo.
Habida cuenta de la opinión del autor respecto a las obras divulgativas que mucho abarcan pero poco aprietan, podrán suponer que mi lectura de El elemento del que solo hay un gramo fue especialmente crítica sobre todo en la búsqueda de paralelismos y esos lugares comunes con mi (nuestro) querido Bryson.
Además —no nos engañemos—, mi reticencia inicial a la temática abordada en El elemento del que solo hay un gramo era muy cercana a la de Sheldon Cooper ante su detestada geología, a lo que la lectura del subtítulo —y otras historias sobre física, química y sustancias asombrosas— no fue de gran ayuda.
Fuente: http://www.jotdown.es/2015/10/el-elemento-del-que-solo-hay-un-gramo/