El protocolo establecido obliga a que ningún cuerpo puede ser sepultado sin la identificación previa y el certificado de defunción.
Solo entonces pueden ser llevados al cementerio, ya sin pasar por el tanatorio.
El problema podría suscitarse en el área afectada, donde hay muchos cuerpos en descomposición que no se han podido rescatar”.
En las afueras de la morgue, una veintena de personas aguardan, con una mezcla de impaciencia y dolor, a que les sean entregados los restos de sus familiares.
Todavía hay 60 nichos disponibles en el cementerio municipal y otros tantos en cementerios de aldeas limítrofes.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2015/10/08/actualidad/1444264863_957026.html