El país envuelto en un resplandor que se difracta envuelto entre pequeña luz esperanzadora y sombras, muchas sombras: entre la vida y la muerte.
Los hechos poseen una realidad tan evidente que turba cuando no irrita.
Irritación que es defensa a una rabia contenida a punto de estallar.
Se pretende explicar lo inexplicable, hacernos tragar un anzuelo, sin nada que masticar.
Locución gruesa, blasfema a su modo, despegar más allá del menester tradicional.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2015/10/02/opinion/a06a1cul