La llegada de las empresas mineras, principalmente Hochschild México, y los esfuerzos gubernamentales por cooptar esta experiencia, convirtiéndola en un brazo del Estado, llevó a un proceso complejo a la policía comunitaria.
El robo, las violaciones y el abigeato eran la constante en la región, sin que nadie hiciera nada por evitarlo.
Una crisis impuesta provocó incluso enfrentamientos y amenazas entre sus miembros.
Con una demostración de fuerza comunitaria celebran estos 20 años en la Montaña de Guerrero, y al festejo llegan cientos de personas de Huamuxtitlán, Olinalá, El Paraíso, Malinaltepec, Chilixtlahuaca y San Luis Acatlán.
Las divisiones persisten, pero sin duda la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa logró reunir a los diferentes grupos en la búsqueda de los estudiantes, pues muchos de ellos pertenecen a los pueblos donde la CRAC tiene presencia.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2015/10/17/opinion/013o1pol