Diana Manzo/Corresponsal
JUCHITÁN, OAX., (#página3.mx).- -Gisela Ramírez es periodista oaxaqueña desde hace más de dos décadas. En el 2014, en la búsqueda de mejorar sus ingresos, aceptó trabajar como Directora de Comunicación Social del Congreso en Oaxaca. Desde su llegada fue muy criticada por ser mujer, debido a que este cargo había sido ocupado solo por varones; sin embargo, se enfrentó al reto sin saber que las amenazas que vendrían y, entre ellas, recientemente una agresión física por ejercer su trabajo.
Los hechos violentos que le sucedieron el pasado 4 de noviembre en su domicilio particular, Gisela no los toma como hechos aislados a su trabajo y aunque reconoce que su vida ha dado un giro total, está consciente que su pasión es el periodismo, aunque ahora lo ejerza del lado institucional.
Gisela -independientemente de ser periodista de radio y prensa-, es mujer y ha sido violentada; situación que la tiene preocupada al pensar que a las autoridades de justicia en Oaxaca están tomando los hechos como aislados y solo digan que es parte de la delincuencia común.
[pull_quote_center]“Podría ser correcto lo que piensan las autoridades, que lo que me ocurrió sea parte de la delincuencia común, pero espero que si detienen a los responsables, les pregunten si alguien los contrató o fue por gusto que entraron a mi hogar la mañana del 4 de noviembre”, expuso.[/pull_quote_center]
En el marco del Día Internacional de la no Violencia hacia las Mujeres, expuso que ser periodista en México es de mucho riesgo y sumamente violento, y ahora que lo ha vivido en carne propia, su vida se ha tornado en precauciones y alteraciones nerviosas.
Madre de familia, también profesora en una universidad por las noches y Maestrante en Periodismo Político en la prestigiada Escuela de Periodismo «Carlos Septién», Gisela recuerda que este espacio de Comunicación Social se usaba anteriormente para hacer negocios, cuando se manejaba dinero. Hay leyendas que cuentan que hubo algún responsable de esta área a quien solo le faltó llevarse el bote de basura.
[pull_quote_center]»En mi caso, no hay manejo directo de dinero, solo se tramitan facturas. Y desde que llegué, realizo mis actividades con sentido periodístico, facilitar a los periodistas y comunicadores acreditados su trabajo». [/pull_quote_center]
Con mirada firme, la mujer periodista relató el episodio oscuro que le ocurrió aquel 4 de noviembre:
“Tres hombres armados ingresaron a mi domicilio y un cuarto hombre los esperó en un automóvil, aunque había dinero en mi agenda no lo roban y prefieren llevarse tres grabadoras con usb y una cuarta memoria sencilla, además de dos consolas de videojuegos, pero estrellaron mi iPad y rompieron unos audífonos de mi hijo que bien hubieran podido llevarse”.
Relató que ingresaron en la mañana y durante ese tiempo le tuvieron amenazada con la pistola en la cabeza.
- “Por la noche, cuando regresaba de tirar la basura de los destrozos que hicieron, dos hombres a bordo de una moto interceptaron mi coche, un Nissan tipo Tsuru, y comenzaron a perseguirme junto con mi hijo quien venía manejando, en dos ocasiones con el coche en movimiento intentaron abrir la portezuela del conductor y lanzaron algo que pensé que eran disparos por los daños ocasionados a la lámina del auto, los peritos consideraron que no eran balas sino algo como fierros.
- «En el segundo ataque -en el mismo trayecto- uno de los hombres descendió de la moto y como no pudo abrir nuevamente la puerta se dirigió hacia mi puerta de copiloto, el hombre sacó entre sus ropas una piedra que lanzó al medallón del auto y lo estrelló”, detalló.
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“Algunos políticos no entienden que no se puede tapar el sol con un dedo y que no es mi papel defender a ultranza actitudes inconvenientes, incorrectas o ilegales. Defiendo la institucionalidad, el servicio público, pero no puedo ni es mi ánimo controlar a los medios de comunicación.
«No puedo descartar que esta forma de hacer periodismo desde el ámbito institucional ha molestado a algunos o varios. Tampoco sería responsable acusar con nombres y apellidos a priori, por eso espero que las autoridades responsables hagan su trabajo y no descarten diversas líneas de investigación. ¿Por qué la delincuencia común ahora roba memorias usb, ¿habrá carteles de memorias?, ¿por qué dos personas pueden estar tan locas para seguir un auto y atacar a sus ocupantes dos veces?, ¿por qué hubo llamadas raras a mi domicilio?”, sostuvo.
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Gisela aun no encuentra las respuestas a la agresión que vivió, no sabe si fue para intimidarla o por qué lo hicieron, se pregunta muchas cosas y solo se responde que si eso le hacen una periodista cuando es funcionaria qué pasa con quienes ejercen el periodismo en la calle y que son la mayoría.
