Francisco J. Sánchez*
OAXACA, (#página3.mx).- El pisa y corre del exlíder de los empresarios más influyentes del país, el oaxaqueño Gerardo Gutiérrez Candiani, en la selección anticipada de precandidato del PRI a la gubernatura, exhibió la reedición de su tradicional clase empresarial en los tiempos de elecciones o cambios de poderes locales.
A diferencia de los setentas, donde los líderes de la iniciativa privada representaban fracciones o sectores productivos, las crisis económicas recurrentes, las fracturas en el PRI, la institucionalización de la oposición y el surgimiento de nuevos políticos-empresarios, los empresarios locales hoy prefieren el negocio seguro con los candidatos más que construir un modelo económico competitivo.
De esa manera, la iniciativa privada oaxaqueña que tradicionalmente se había comportado “políticamente con toda unidad”, que cerraba filas en torno a la defensa de sus intereses, “luchando siempre con por una mayor rentabilidad” y garantías a sus empresas y ejercía su poder de decisión, se somete a la clase política y deja de ser otro de los contrapesos de los gobiernos federal, estatal y municipal.
Por ejemplo, en los setentas, más de 50 familias dominaban la economía del Estado de Oaxaca, y la actividad comercial, los productos agropecuarios, la posesión de tierras y la presencia política, determinaban su influencia en apellidos como:
- Los Zardaín, Audelo, Galguera, Rojas, Iglesias Meza y Baños Rodríguez en la Costa; los Bravo Ahuja y Prieto Casanova en Tuxtepec; los Cortés Rasgado, López Lena, Marín Pineda, Morales, Musalen y Roncaglia en el Istmo y los Núñez Banuet y Meixueiro en la Mixteca.
- Mientras, la actividad económica de la vallistocracia empresarial descansaba sobre organizaciones familiares como los Zardain Villegas, Audelo Galguera, Candiani, Hamilton, Gutiérrez Ruiz, Hamsphire Franco, Córdoba Brena, Muro, López Mendieta, García Feria, Díaz Rodríguez, Sada, Díaz Huergo, Fernández, Quintana Cancino y Hernández Ruiz, entre otros.
A diferencia de los setentas y ochentas, cuando su tío Juan José Gutiérrez Ruiz, “El Caudillo”, era el líder que controlaba el organismo cúpula del sector privado oaxaqueño, hoy Gerardo Gutiérrez Candiani, después de representar a los empresarios del país, encuentra en Oaxaca materias pendientes como: unificar a la iniciativa privada, construir un nuevo modelo de negocios, impulsar una economía local competitiva y devolverle su peso político frente a los otros poderes locales o quedarse sólo en cerrar negocios seguros con los gobiernos o los políticos-empresarios.
*Especialista en análisis y estrategia política.
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