Pedro MATÍAS
OAXACA, Oax. (
pagina3.mx).- “¡
Justicia!”, súplica una mujer zapoteca al Papa Francisco, a través de una carta que le será entregada en la próxima visita que realizará el Sumo Pontífice a México para que los casos de pederastia clerical no se repitan.
La señora Narcisa Mendoza le hace saber al Papa de su sufrimiento pero al mismo tiempo afirma que esta dispuesta a dar la vida por su hijo que fue abusado sexualmente por el presunto sacerdote pederasta Gerardo Silvestre Hernández.
Aunque el cura pederasta se encuentra preso desde el 29 de noviembre de 2013 en el Centro de Reinserción Social número 12 con sede en Tlaxiaco, la desconsolada mujer exige sea sentenciado.
Como el Papa no tiene contemplada en su agenda una reunión con víctimas de la pederastia clerical, la carta será entregada a la Nunciatura Apostólica donde se hace saber la abierta protección del arzobispo de Antequera-Oaxaca, José Luis Chávez Botello y las amenazas que le profirieron de sacerdotes para que se desista de la denuncia.
También hace referencia que los sacerdotes que se atrevieron a apoyar a los padres de los menores abusados, fueron amenazados, hostigados y hasta suspendidos de sus servicios sacerdotales.
Según el Foro Oaxaqueño de la Niñez (Foni), la cifra podría de menores abusados sexualmente podrían alcanzar los cien casos, porque a pesar de que el arzobispo estaba enterado de que Silvestre Hernández había cometido esos ilícitos, lo único que hizo fue cambiarlo en siete ocasiones de parroquia donde siguió cometiendo esos casos de pederastia.
La carta fue dada a conocer por el párroco de Huitzo, Jorge Pérez, donde al inicio le desea salud y los mejores deseos al Papa Francisco.
- “Discúlpeme que haya llegado ante usted por medio de esta carta dándole a conocer la situación en que nos encontramos. Se trata que el cura Gerardo Silvestre hace más de 5 años cometió abusos contra niños de los pueblos zapotecas, entre los que se encontraba mi hijo cuando tenía 14 años”.
- “Cuando me entero que el cura los llamaba al curato y los emborrachaba y así abusaba de ellos, entonces, fue como madre fui a quejarme a las autoridades municipales y a donde se levantó una acta y la autoridad dijo que ya habían avisado al arzobispo José Luis Chávez Botello y que no les había hecho caso”, continúa el relato.
- En la carta hace referencia que “en el transcurso del tiempo como nosotros estábamos sufriendo, cinco de nosotras le dimos seguimiento al caso y nos fuimos a la ciudad de Oaxaca para que nos hicieran justicia pero hasta ahorita no tenemos solución, todos los encubrió los sacerdotes que vinieron a defender al curar Gerardo Silvestre y amenazarnos por lo que decían que era mentira y que a mi hijo lo iban a meter al Consejo de Tutela y fueron los curas Francisco Romualdo, Francisco Reyes, Pedro Ginez y yo les respondí que con mi hijo no se metieran porque si Jesús murió por nosotros, pues yo también, yo daba la vida por mi hijo y que no tenía miedo a sus maldiciones”.
También hace referencia que “los padres que nos vinieron apoyar y que no estaban de acuerdo con lo que el cura Gerardo Silvestre hizo, el arzobispo los castigó y algunos los dejó sin trabajo y no nada más es éste caso sino en los pueblos que trabajó. El cura cometió más abusos contra más niños y yo si les pido justicia por los niños zapotecas y que no se vuelva a repetir porque es un sufrimiento muy grande, muy terrible que a nadie se les desea”, puntualiza la mujer indígena.