Osorio, un estudioso del balompié, tardó poco en darse cuenta que Palacios merecía, por lo menos, una convocatoria.
Desde hace varios torneos el Pikolín merecía el llamado a la selección.
Palacios ha sido un baluarte de lo conseguido por los Pumas en años recientes, pero nadie le enfocaba los reflectores.
El Pikolín II aguantó ochos años en la banca, hasta que Sergio Bernal quiso dejar su apodo del Eterno.
Los anteriores técnicos de la selección relegaron al Pikolín por otros arqueros que parecía tenían comprado a perpetuidad el arco del Tri.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/02/15/opinion/a04o1dep