Pues bien, en los grupos de padres, si no te sumas a las quejas, podría parecer que no te preocupas lo suficiente por los niños.
En el caso de mi grupo de WhatsApp, el clima hostil hacia el docente empezó antes que las clases.
Una de las integrantes del grupo pidió un poco de paciencia y algunos de los padres se volvieron en su contra.
Soy profesora desde hace 17 años, tengo tres hijos en primaria y hace poco reuní el valor para abandonar un grupo de WhatsApp.
Desde hace un tiempo, los grupos de WhatsApp han ocupado el lugar de los corrillos que se formaban a la salida del colegio.
Fuente: http://verne.elpais.com/verne/2016/02/24/articulo/1456317996_453920.html