Ciertamente, la crisis no se circunscribe al PP, sino abarca al conjunto de la institucionalidad española en sus diferentes instancias, y el desgaste no es sólo moral, sino también político.
Es pertinente recordar que Aguirre forma parte de la anacrónica nobleza española y en su carrera política ha sido ministra de Educación, presidenta del Senado y, durante casi una década, titular de la Comunidad de Madrid.
La dimisión, anunciada el domingo pasado deja al dirigente máximo del PP y presidente del gobierno en funciones, Mariano Rajoy, en una posición insostenible de cara a cualquier empeño por conservar el segundo de esos cargos, y complicada incluso para mantenerse en el primero.
La renuncia de Esperanza Aguirre a la presidencia de la rama madrileña del Partido Popular (PP, aún en el gobierno español) marca una nueva sima en el proceso de descomposición de esa formación política, que sigue siendo la más votada del país y lleva años debatiéndose en las averiguaciones y los procesos penales contra decenas de ex funcionarios corruptos surgidos de sus filas.
Por añadidura, en su dimisión la política derechista sacó a relucir también el conflicto intestino en las filas del PP, al señalar que no es momento de personalismos, sino de sacrificios y cesiones , espetó, en lo que fue una abierta exhortación al líder máximo del partido a que se haga a un lado.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/02/16/opinion/002a1edi