Una ley no escrita sugiere que revisiones a la baja de las tasas de crecimiento, en este caso mundial, son signo inequívoco de recesión en ciernes, aunque en el caso de la economía global no se trate de una recesión homogénea.
La OCDE se mueve en el terreno de la abstracción cuando alude al término “respuesta colectiva contundente”.
El objetivo es correcto, porque si la economía mundial aparece atrapada en el estancamiento es porque no hay expectativas de que crezca.
La OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) lo ha expuesto con claridad: la economía global sufrirá una desaceleración en 2016, acentuada en algunos casos hasta llegar a la recesión (Brasil); y en el mejor de los pronósticos, habrá crecimientos muy débiles, insuficientes para generar crecimientos sustanciales de rentas salariales (Europa).
La OCDE también tiene un diagnóstico: las recetas monetarias, correctas, no han ido acompañadas de “una respuesta colectiva contundente” para corregir el crecimiento débil, casi un estancamiento, que ha sucedido a la crisis financiera de 2008.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/02/18/opinion/1455821574_344038.html