Parafraseando la coplilla de un pasodoble español, el Oscar es como el cariño verdadero, “ni se compra ni se vende”.
La estatuilla es invaluable, y si le pusieran precio es muy pequeño: 10 dólares.
Los hay incluso que añoran al tío Oscar aunque nunca lo conocieron.
La ley está de su parte y en este tema, como en muchos otros dedicados a proteger la marca Oscar, la Academia no está dispuesta a ceder.
La estatuilla que todos desean solo se gana, que por algo se llama premio de la Academia al mérito cinematográfico.
Fuente: http://elpais.com/cultura/2016/02/26/actualidad/1456456354_433649.html