Decir, a estas alturas, que se desea un Gobierno que represente solo a una parte de esos varios empates (un Gobierno para la “desconexión”, un Gobierno “de progreso”, un Gobierno “de ruptura”, un Gobierno “de estabilidad”) implica no haber entendido ese nítido mensaje.
Pero no cualquier Gobierno, sino uno que tenga la capacidad de aunar y sumar voluntades, y no el propósito de seguir abundando en la confrontación.
Es urgente la formación de un buen Gobierno, con la estabilidad y determinación suficiente para abordar las numerosas reformas que demandan la sociedad y la política españolas.
La alternativa a la falta de entendimiento exigiría la repetición de las elecciones, aumentando con ello la incertidumbre.
España, además, está perdiendo posiciones importantes en todo el escenario internacional que un Gobierno en funciones no puede cubrir con toda la energía necesaria.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/02/23/opinion/1456256399_352757.html