Pero tal vez el entusiasmo hacia su criatura no sea contagioso para la mayoría de los espectadores.
Incluso pueden acercarse al clasicismo sin renunciar a su muy moderna personalidad, a su afición al esperpento, al introducir la comicidad, la sátira y la excentricidad en los temas más dramáticos, el toque Coen.
Pero hay gags que se alargan, gracietas evitables, la sensación de que los creadores se han divertido muchísimo rodando esta disparatada y esperpéntica historia.
Dirección: Joel y Ethan Coen.
En Barton Fink los agudísimos hermanos nos contaban cosa que imaginábamos.
Fuente: http://elpais.com/cultura/2016/02/18/actualidad/1455822472_685197.html