Entre los afluentes de la rebelión, destaca la reacción de los pueblos contra el despojo perpetrado en Chihuahua por las compañías deslindadoras.
No obstante el carácter legal de propiedad privada que tenía el condueñazgo, fue condenado por una ley de 1885 y destruido desde 1891.
En 1891 estalló en Chihuahua una rebelión que fue conocida de inmediato porque fue plásticamente contada por Heriberto Frías en el diario El Demócrata.
Latifundistas mexicanos y compañías extranjeras entraron en conflicto frontal con los pueblos.
Cuando los hermanos Limantour quisieron tomar posesión de 200 mil hectáreas de bosques empezaron las protestas que, al coincidir con la arbitrariedad de las autoridades, provocaron la rebelión.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/02/23/opinion/017a2pol