El anuncio de la visita que el próximo 21 de marzo realizará Barack Obama a La Habana —la primera de un presidente norteamericano a la isla en casi un siglo— es el máximo escalón registrado hasta ahora en la normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos tras décadas de desencuentro.
En todo caso, Obama no quiere que este viaje —muy importante en la configuración de su legado— sea utilizado por los republicanos contra la persona que finalmente resulte elegida para la candidatura demócrata.
Obama ha subrayado que viajará a la isla para promover “los esfuerzos y avances que mejoren la vida de los cubanos”, y ha insistido en los últimos meses en que no excluye a nadie de sus posibles entrevistas y que, entre sus prioridades para Cuba, está la libertad de expresión.
Se trata de dos cuestiones concretas que apuntan directamente a respaldar a la oposición interna al castrismo.
Es cierto que desde el lado estadounidense queda por resolver el embargo.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/02/18/opinion/1455821343_566037.html