Pero la más importante es evitar el manoseo del poder, de las fuentes y de los propios colegas.
Nuestro periodismo como ocurre también en otras latitudes ha tenido momentos de gloria y otros de enorme dolor.
Por las mismas razones que se construyen las relaciones incluso, las más puras, en otros sectores.
¿Debemos aplaudir a los terroristas cuando violan la confianza por temor a que se levanten de la mesa de diálogo?
Nuestro reto como periodistas adquiere hoy un papel más trascendental, para respondernos por ejemplo ¿cuál es nuestra función dentro del proceso de paz?.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/02/19/colombia/1455909170_904041.html