Su siguiente obra, Árboles petrificados fue fruto de esa experiencia y en 1977 le valió el premio Xavier Villaurrutia.
Se trasladó a Ciudad de México para cursar estudios universitarios, allí se convirtió en la secretaria de Alfonso Reyes.
De 1959 a 1963 vive en Nueva York, regresa nuevamente a México y en 1964 recibe el Premio Xavier Villaurrutia por su novela Los recuerdos del porvenir.
Cursó estudios de biblioteconomía y letras; colaboró en diversos suplementos literarios mexicanos; trabajó sobre el poeta Jorge Cuesta, del Grupo Contemporáneos.
La literatura mexicana no sería la misma sin la figura de Rosario Castellanos, Elena Garro, Amparo Dávila e Inés Arredondo.
Fuente: http://aristeguinoticias.com/0703/lomasdestacado/4-escritoras-mexicanas-para-celebrar-el-dia-de-la-mujer/