Y la Argentina era una sociedad concentracionaria porque la mujer que salía de un campo de concentración no podía ir a denunciar violencia sexual a la comisaría de la mujer más próxima cual oficina de violencia de la Corte Suprema como existe ahora.
La Capuchita, un lugar más reducido y caluroso, es el lugar que servía para castigar la mala conducta de los detenidos.
Como bien dice el fiscal Pablo Parenti cuando se habla de campo de concentración no se puede hablar de consentimiento.
Se lo conoce como “La Capucha” y en épocas de horror fue conocido por unos 5.000 detenidos.
Un calor húmedo y asfixiante que da tregua sólo al recostarse en el suelo de cemento alisado.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/03/24/argentina/1458833103_796205.html