La lista de errores de los servicios de información e inteligencia europeos y norteamericanos en su lucha contra el terrorismo yihadista es muy larga.
La de los atentados abortados —en los que casi nadie creía— igual de extensa, pero menos popular.
Los ordenadores de la NSA estadounidense alojan los nombres de miles de detenidos por yihadismo en Europa.
Se cuestiona lo que falla, no lo que funciona y cuando se trata de salvar vidas el nivel de exigencia debería ser mayor.
Los recientes atentados demuestran que todo esto es insuficiente.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/03/28/actualidad/1459185714_478739.html