Pero de ahí no se sigue, necesariamente, que exista claridad y que ella suplante los claroscuros de la política y del mismo proceso histórico.
No es, ciertamente, un tiempo de claridad.
Al principio de Los hermanos Karamázov, cuando Dostoyevski presenta a Alexéi Fiódorovich, el héroe de la novela, señala un rasgo definitorio de la trama: De todos modos, sería raro exigir de los hombres claridad en un tiempo como el nuestro .
En las secuelas de la bárbara guerra de Siria, Irak, Afganistán y del perenne conflicto de Palestina e Israel.
Tampoco significa que las posturas políticas e ideológicas no enmarquen distintas hipótesis, teorías o interpretaciones de los sucesos y sus repercusiones, sean éstas de índole local o global.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/03/28/opinion/027a1eco