La Semana Santa es en Alemania, al igual que la Navidad, una celebración religiosa y familiar.
Los festejos comienzan en el país el Jueves Santo, día que sin embargo no es festivo y en el que tanto comercios como la administración abren de manera habitual.
Su llegada se prepara con esmero, mediante la colocación de figuras decorativas en jardines y escaparates como huevos de colores, cestas de mimbre, gallinas o conejos de Pascua.
En el sur del país, donde la mayoría de la población es católica, los fieles asisten en esta jornada a misa, en la que se recuerda la última cena y el lavatorio de pies que la Biblia relata en el evangelio de San Juan.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/03/27/opinion/023o1cap