Ser un ciudadano es ser adulto, y ser adulto es responsabilizarse del propio voto y luchar por el respeto al voto del otro.
En la política, incluso los creyentes tienen que ser ateos.
Lula fue Lula, el Lula que habla el lenguaje del pueblo porque entiende al pueblo como pocos.
Y eso, que parece ser lo que Brasil vive hoy en día, puede ser peligroso.
La imagen de Lula detenido, para Brasil entero, no muestra que la ley vale incluso para iconos populares y expresidentes.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/03/16/america/1458165895_269524.html