Destaca el desmantelamiento de la dirección del principal periódico del país, caracterizado por su línea opositora a las políticas del presidente, Recep Tayyip Erdogan.
Resulta muy preocupante el curso de los acontecimientos en Turquía, donde se han adoptado algunas medidas absolutamente incompatibles con cualquier sistema que se considere democrático o trate de serlo.
Y Erdogan debe recibir señales inequívocas al respecto.
La Unión Europea necesita a Turquía, pero esto no significa que pueda cerrar los ojos ante comportamientos que van contra lo que representa.
Esta actitud con la prensa independiente responde a una estrategia sostenida en el tiempo que ha hecho que Turquía se sitúe en los últimos puestos en cuanto a respeto a la libertad de expresión.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/03/09/opinion/1457550117_462311.html